“El girasol casi desapareció en el ciclo pasado. Después de haber alcanzado las 72.000 hectáreas caímos a 8.000, pero tenemos la esperanza de recuperar este rubro, que es de suma importancia para el abastecimiento de aceite comestible”, afirmó Ramón Bolotín, pionero en el regreso de esta especie al país y quien estima que sí es posible rescatar los planes de alcanzar una superficie sembrada de 300.000 hectáreas en un plazo de 10 años.
La falta de continuidad en el proyecto de siembra, escasez de insumos -especialmente agroquímicos y semilla, que es 100% importada- y problemas de inseguridad personal en el campo, son las razones principales que Bolotín atribuye a la caída de la cosecha, lo que de alguna manera ha incidido en la baja de la oferta de aceite en el mercado, toda vez que significa un aumento de las importaciones para poder satisfacer la demanda de producto terminado.
“No obstante, las condiciones parecen mejorar para este año y nos planteamos sembrar 60.000 hectáreas el ciclo 2015 – 2016 y elevar la superficie a 100.000 hectáreas para el ciclo siguiente”, aclaró el también director de oleaginosas, leguminosas y textiles de Fedeagro, quien afirma que ya está en el país 100% de la semilla y poco más de 75% de los insumos requeridos para la siembra.
“Si contamos con los insumos de forma oportuna podemos llevar adelante los planes de crecimiento”, reiteró, al tiempo de recordar que esperan que contar para la próxima zafra con un precio adecuado a los costos de producción, tal como ocurrió este año, cuando el gobierno autorizó el pago de Bs 39 el kilo de girasol arrimado a planta, un alza de más de 700% frente al precio de Bs 5,40 vigente en la cosecha de 2013 y que satisfizo las condiciones reinantes en la cosecha pasada.
Cabe recordar que en julio pasado el gobierno liberó el precio del aceite de girasol a nivel del consumidor, que ya había sido ajustado en 167% en abril al pasar de Bs 9,35 a Bs 25 el litro. “La liberación permitió negociar un precio justo con el productor del campo”, dijo el vocero.
Sobre el precio para la próxima zafra, Bolotín dijo que será negociado en enero cuando ya se haya realizado la siembra y se tengan claro los costos operativos. “No nos atrevemos a dar una cifra con los altos niveles de inflación que tenemos. Por suerte, el girasol es como una isla y el gobierno ha estado siempre pendiente ajustar el precio tomando en cuenta los aumentos de costos”, dijo.
– Exportar es la consigna –
Si bien el girasol apenas representa una parte muy pequeña respecto a las 720.000 toneladas de aceites y grasas comestibles que se consumen en el país, Bolotín cree que recuperada la producción es posible pensar en exportar una porción dado lo altamente competitivo que resulta el aceite criollo.
A modo de ejemplo señaló que en Colombia el litro de aceite de girasol cuesta 3,3 dólares, lo que a dólar oficial Simadi (cerca de Bs 200 por dólar) representa unos 660 bolívares, mientras que el precio en Venezuela el costo está muy por debajo de los 100 bolívares el litro.
“Podríamos exportar una parte de la producción para conseguir las divisas que demandan los agricultores para importar insumos y aumentar la oferta exportadora de Venezuela. Esperemos que se abran las puertas para la exportación y traer dólares para esta escasez que tenemos”, dijo.
En este mismo sentido, el ministro de Agricultura y Tierras Yván Gil, señaló la semana pasada que la agroindustria podría exportar hasta 20% de su producción de aceite de girasol con miras a traer divisas al país, por lo que destacó la importancia de recuperar la producción primaria de girasol en los próximos dos años.
