El gobierno de Nicolás Maduro se prepara para introducir cambios en la economía que permitirían reactivar las exportaciones no petroleras y mejorar el desempeño de algunos sectores productivos, en aras de incrementar la alicaída oferta de bienes y retomar el mercado internacional.
Los exportadores propusieron recientemente a Maduro autorizar una tasa de cambio favorable para salir del estancamiento en que están sumidas sus operaciones con un dólar a Bs 52 bolívares (Sicad II), que se les mantuvo a pesar de la eliminación del mecanismo hace casi un año.
El mandatario nacional se mostró proclive a la medida que facilitará al sector la generación de divisas en un momento en que los ingresos en moneda extranjera han caído 70% por el derrumbe de los precios del petróleo, casi única fuente de recursos vía exportaciones y que ya cotiza en 20 dólares en el caso del barril venezolano.
La relación liquidez/reservas se ubica en Bs 258,6 por dólar al 15 de enero de 2016, fecha más reciente de la que se dispone el monto de la liquidez (4,026 billones de bolívares). Ese día, los activos en moneda dura con los que contaba el Banco Central de Venezuela para cubrir importaciones y el pago de servicio de la deuda, sumaban $15.573 millones, niveles alcanzados en julio y en septiembre de 2015 y similares a los de 2003, cuando el país salía de un paro general de actividades que causó una fuerte contracción económica.
Si bien no está previsto un aumento de salario mínimo para los trabajadores, según se desprende del anuncio presidencial hecho a finales de octubre y buenas parte de los empleados de la administración pública no reciben el pago de sus sueldo sino hasta marzo, que es cuando las instituciones públicas disponen de recursos para las transferencias, no se prevé que el gobierno deje de financiar sus gastos vía monetaria.
El BCV imprimió un ritmo vertiginoso a la emisión de dinero inorgánico (sin respaldo en los bienes y servicios de la economía), al tiempo que las reservas internacionales han venido cayendo de manera consecutiva por tres años.
La tasa del Sistema Marginal de Divisas (Simadi) cerró el 15 de enero en Bs 199,98, en tanto el dólar implícito se ubicó en Bs 258,6.
El valor implícito sirve de referencia sobre cuál podría ser la tasa de cambio oficial, en un contexto de amplias brechas entre los distintos tipos de cambio (Bs 6,30, Bs 13,50 y Bas 199) que mantiene el gobierno y a los que no tienen acceso la mayoría de los agentes económicos, provocando enormes distorsiones en la formación de precios.