En su informe sobre el comportamiento de la economía en 2015, publicado este jueves, el ente emisor revela que las compras externas cayeron 18,7%, una cifra mucho más conservadora que la que ofrecían analistas independientes.
El Banco Central de Venezuela reconoce que como consecuencia de esta caída y de la contracción del PIB, el retroceso en la oferta agregada fue de 9,2%.
Según los datos del BCV, las importaciones se redujeron a $38.634 millones. Durante el cuarto trimestre del año pasado acumularon $10.646 millones, lo que implica que el gobierno impulsó las compras durante los últimos tres meses, aunque el incremento no fue sustancial.
En 2014, las importaciones acumularon $47.508 millones.
Analistas independientes habían estimado en más de 30% la caída de las compras externas el año pasado. El economista Miguel Ángel Santos calculaba en noviembre de 2015 que las importaciones por habitante de la nación al cierre de año caerían a niveles de finales de los 80.
En un año electoral, en el que el estado de la economía puede ser determinante entre los electores, se reporta un crecimiento del PIB de 2,5% en 2023 y una proyección de 3,3%. Pero todavía hay riesgos.
Las importaciones de textiles serán pechadas dentro de poco con aranceles de hasta 40% y los empresarios de la manufactura prometen generar empleos y recuperar un sector golpeado por años de crisis en cadena.
El rebote terminó. Tras un 2022 en el que muchos pensaron que la economía del país podía estarse arreglando tras salir de un largo período de hiperinflación y recesión, finalmente la línea vuelve a caer
