Economía

5.000 desempleados en sector transporte de carga por cierre fronterizo

Pérdidas millonarias, 38 empresas de transporte internacional al borde de la quiebra y 2.500 unidades de transporte paralizadas es el balance al cumplirse siete meses del cierre del paso entre Venezuela y Colombia.

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Catracentro necesita dinero para transporte de carga
TEXTO: ROSALINDA HERNÁNDEZ

Actualmente existen en la frontera de los municipios Bolívar, Pedro María Ureña y García de Hevia del estado Táchira, 38 empresas de transporte de carga internacional que se han visto afectadas por el cese de operaciones luego de que el 19 agosto de 2015, por decreto presidencial, se cerrara la frontera con Colombia.

Con 2.500 unidades de carga cesantes, las pérdidas registradas por el sector transporte internacional al cumplirse 7 meses de la interrupción del paso binacional son incalculables, aseguró el representante de asuntos fronterizos de Fedecámaras en Táchira, Vladimir Tovar.

Si bien es cierto que parte de la flota de camiones, gandolas y volteos que hacen vida en la zona fue devuelta a sus naciones de origen el pasado 27 de febrero, el hueco económico y la quiebra de empresas continúa. Además el descontento y la incertidumbre de quienes ven con nostalgia décadas de trabajo suspendidas en una medida que no ha beneficiado a nadie, cuelgan sobre la población, precisó el vocero de Fedecámaras.

“No solo ha significado un duro golpe para el transporte de carga internacional. 95 agencias de aduanas y 22 almacenadoras se suman al grupo de 150 auxiliares aduaneros que igualmente están enfrentando la crisis fronteriza”, detalló Tovar.

– Deudas que ahogan –

El presidente de la Cámara Social de Transporte de Carga Pesada del Táchira, Jorge Casanova, indicó que entre 20 y 30 gandolas del total de vehículos registrados en la organización, regresaron a sus países de destino. Pero antes cancelaron la deuda generada por concepto de estacionamiento, que en promedio ascendía a 10.000 pesos diarios, como tarifa mínima.

Casanova reveló que según el tipo de vehículo y la capacidad de carga se pueden cuantificar las pérdidas económicas.

“Una gandola de tipo C3 con capacidad para 13 toneladas métricas está dejando de producir mensualmente entre 5 y 6 millones de bolívares, que en pesos representa entre 16 a 19 millones 200 mil pesos”, indicó.

Si entre 20 y 30 gandolas de clasificación C3 han permanecido cesantes desde el cierre fronterizo, las pérdidas en 6 meses se contabilizan entre los 30 a 36 millones de bolívares, unos 96 y 115 millones 200 mil pesos mensuales por gandola, explicó.

“Estas pérdidas se contabilizan solo por concepto de fletes. Es un daño que se le está causando al propietario del vehículo que dejó de producir», dijo.

– Golpea la minería –

En el sector minero del Norte de Santander, dijo Casanova, entre 6.000 y 7.000 trabajadores han quedado cesantes porque el carbón se encuentra represado en la zona sin poderle dar paso hacia Venezuela y de allí a su destino final que puede ser China, Europa, Estados Unidos o Chile.

La capital del departamento del Norte de Santander es la que más sufre la medida del lado colombiano. Según el gobernador de Cúcuta, Edgar Díaz, el cierre afecta a 100.000 personas diariamente y deja más de 400.000 dólares en pérdidas.

La cifra correspondería al envío de unas 4.000 toneladas diarias de carbón con destino a los diferentes países a los que Colombia exporta a través de Maracaibo y el puerto de La Ceiba en Trujillo, teniendo como vía de tránsito las poblaciones fronterizas del Táchira, indicó el presidente de la Cámara Social de Transporte de Carga Pesada del Táchira.

“Entre 800 a 900 gandolas, tipo 3S3, con capacidad de carga de 30 toneladas de carbón, obtenían una ganancia diaria en la zona (Cúcuta-Ureña/Puerto Santander/Orope) de 120.000 bolívares o 384.000 pesos. Esto se ha perdido”, comentó.

Por ser el tema de transporte de carga internacional un nicho de trabajo con más de 30 años de historia en la frontera colombo-venezolana, el presidente de la Cámara de Transportistas ve como urgente la necesidad de reabrir el paso entre los puentes internacionales.

“Si el gobierno venezolano necesita captar divisas, eso se logra exportando y para exportar el primer requisito es abrir la frontera. Abogamos porque se abra el paso entre ambas naciones. Queremos una frontera de paz pero con fuentes de trabajo que dignifiquen al ciudadano y generen bienestar para ambas naciones”, sugirió.

Precisó que el transporte de carbón, que es una mercancía que va en tránsito, solo en la zona tiene detenidas a 10 cooperativas de transporte en las que están afiliados unos 600 vehículos tipo volteo que son los que hacen a diario el desplazamiento del mineral, desde boca de mina hasta los depósitos de carbón establecidos en Ureña y Orope.

A raíz del cierre del paso binacional –explicó el vocero de los transportistas- estos camiones de carga que en cada viaje obtenían (diario) una ganancia neta de 80.000 bolívares equivalentes a 256.000 pesos por vehículo. Actualmente registran pérdidas que rondan los 48 millones de bolívares diarios entre los 600 camiones, es decir, 153 mil 600 millones de pesos.

De acuerdo a Jorge Casanova, las fuentes de trabajo en el sector transporte se están perdiendo y de manera directa e indirecta se ven afectados alrededor de 5.000 trabajadores que, en el mejor de los casos, han migrado al centro y oriente venezolano en busca de oportunidades laborales que les garanticen el sustento propio y el de su grupo familiar.

– “Que el gobierno nos indemnice” –

“Yo solo espero que los diputados de la comisión de frontera de la Asamblea Nacional nos ayuden para recuperar, al menos, algo de lo que hemos perdido. El Estado venezolano debe indemnizarnos a todos los que hemos perdido bienes, dinero y puestos de trabajo luego de que cerraran la frontera”, comentó el transportista de carga binacional, Eduardo Acero.

La vida se le complicó un poco más que al resto –dice él- luego de la interrupción del paso entre Venezuela y Colombia. Asegura que está triste porque lo separaron de su familia: “no podía continuar con la carga de la casa. Mi esposa es colombiana y ella y mis hijos se quedaron del otro lado. La frontera nos separó, me quedé solo”.

Desde que la gandola con la que transportaba mercancía se quedó en Colombia, el 19 de agosto de 2015, su oficio se truncó. El transportista señaló que su ingreso mensual se redujo en 70%.

“Mi gandola la pude pasar, aunque pagué por estacionamiento 1 millón 850 mil pesos, es decir 560 mil bolívares. Mi ganancia semanal era de 350 mil pesitos, en un mes 1 millón 400 mil y en seis meses eran 8 millones 400 mil pesos. Eso es lo que he perdido”, dijo con resignación.

Para pagar la deuda del estacionamiento tuvo que vender una camioneta.

El chófer indicó que varios de sus compañeros aún tienen los vehículos en Colombia porque no lograron completar el dinero que adeudan en los estacionamientos. “Muchos están desempleados y no tienen a veces cómo llevarles la comida a los hijos”, lamentó.

Eduardo, está trabajando como chófer en Puerto Ordaz, y desde allí guarda la esperanza de regresar a la frontera colombo-venezolana y continuar trabajando en lo que siempre ha hecho.

– “No me pude traer mi camión” –

José Amado Chávez es representante de los transportistas de carga pesada en la frontera y aún tiene camión en Cúcuta. Aseguró que no lo pudo pasar a Venezuela porque el día que anunciaron que se abriría la frontera, no contó con el tiempo suficiente para buscar los 2 millones de pesos o su equivalente en bolívares (606 mil bolívares) para el pago del estacionamiento.

Chávez dijo que ya se van a cumplir siete meses desde que el presidente Nicolás Maduro “aplicó un secuestro” a los vehículos de carga pesada internacional y a pesar de que se abrió un paso provisional para que regresaran a territorio nacional el pasado 27 de febrero, “muchos permanecen en Colombia”.

Detalló que tras haber cancelado el año pasado un seguro de 120.000 bolívares para ingresar con su camión a Colombia; más 20.000 bolívares por habilitación, no pudo usarlos y perdió el dinero porque el seguro ya está próximo a vencerse.

“Los cauchos de mi carro están reventados, renovarlos sale en 250.000 bolívares cada uno. La batería tampoco sirve, me toca comprar una allá en 50.000 bolívares”, precisó el conductor.

Chávez hizo un llamado a Maduro y al gobernador del Táchira, José Vielma Mora, para que le expliquen al gremio de transporte de carga internacional “¿de qué manera nos van a reconocer el dinero que se ha pagado en estacionamiento, seguro del vehículo y a los que han tenido que comprar las baterías y cauchos?”.

A pesar de que han sostenido conversaciones con el ministro de Frontera y Paz, Gerardo Izquierdo Torres, no han llegado a nada. “Pareciera que de parte del gobierno venezolano no hay ninguna solución”, puntualizó.

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