El ICIJ, asociado a medios de todo el mundo, protagonizó la mayor filtración periodística de la historia que reveló cómo las élites políticas, artísticas y criminales, aconsejadas por abogados del bufete Mossack Fonseca, utilizan entramados de compañías extraterritoriales para ocultar sus fortunas.
De acuerdo con un texto de la agencia Reuters, la compañía denunció que sus documentos fueron robados en un ataque informático y dijo que los medios de comunicación están sacando de contexto información protegida por acuerdos de confidencialidad.
En un comunicado, Mossack Fonseca solicitó a través de una carta de ‘cease and desist’ (cesar y desistir) al Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos. «Esperamos que la polémica no nos arrastre a futuras acciones legales», agregó la firma y aseguró que han cumplido con la ley de todas las jurisdicciones en las que opera.
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