Se prevé que el valor de los acuerdos caiga este año a 125.000 millones de dólares, de 340.000 millones en 2016 ahora que el Reino Unido comienza a negociar su salida de la UE, señaló en un reporte el despacho jurídico Baker McKenzie, asesor líder sobre transacciones corporativas. La firma había calculado previamente que las transacciones alcanzarían la cifra de 265.000 millones de dólares en 2017.
«Dado el impacto del Brexit sobre la confianza empresarial, calculamos que el valor de las fusiones y adquisiciones caerá dos terceras partes en 2017 después que numerosos acuerdos importantes en el primer semestre del año pasado impulsaron 2016», afirmó Tim Gee, socio del despacho. «La actividad deberá recuperarse en 2018, al surgir una mayor certidumbre sobre la nueva relación del Reino Unido con la UE y el resto del mundo».
El estudio se da a conocer en medio de un creciente enfoque en la manera en que la salida de la UE podría afectar a la industria de servicios financieros, un impulsor clave de la economía británica. La primera ministra Theresa May dará el martes un discurso para esbozar su visión del futuro de Gran Bretaña tras la salida de la Unión Europea.
En un testimonio ante los legisladores la semana pasada, el presidente de HSBC Douglas Flint advirtió respecto al impacto potencial de manejar indebidamente las instituciones financieras de Londres, y agregó que el «sistema económico en Londres se parece un poco a una torre Jenga: uno no sabe si al sacar una pieza pequeña no va a ocurrir nada o tendrá un impacto drástico».
Las fusiones y adquisiciones totales del año pasado en Gran Bretaña fueron infladas por varios acuerdos grandes que se concretaron en 2016 aunque fueron anunciados antes, entre ellos la adquisición de SAB Miller por parte de AB InBev y la de BG Group por parte de Shell. Sin las cinco transacciones más grandes, el valor total en 2016 hubiera sido 33% menor que el de 2015.
«Viendo a futuro, pronosticamos un crecimiento económico más débil en el Reino Unido e incertidumbre respecto a la relación que tendrán las compañías del Reino Unido con el resto de Europa para desalentar la actividad de fusiones y adquisiciones», destacó el despacho jurídico Baker McKenzie.
La decisión que el Reino Unido tomó en junio de abandonar la Unión Europea de 28 naciones podría además mermar permanentemente el atractivo de la nación para ofertas públicas iniciales de acciones en la bolsa de valores, agregó Baker McKenzie.