«No sirve para nada culpar a la globalización de los problemas del mundo», dijo Xi en un esperado discurso en la estación suiza, donde se reúnen 3.000 representantes de la élite política y económica.
El líder de la segunda economía mundial visita por primera vez el foro suizo, con un claro mensaje de defensa del libre comercio y los mercados abiertos frente al proteccionismo.
Xi aseguró que «no es posible» cortar los flujos de capital y pidió una globalización «más inclusiva y más sostenible», criticando al mismo tiempo las instituciones mundiales, «inadecuadas», según él porque son «poco representativas».
En otra referencia velada a Trump, el mandatario chino dijo que «nadie saldrá ganando de una guerra comercial».
«Seguir con el proteccionismo es como encerrarse en una habitación oscura. Es cierto que se evita el viento y la lluvia pero también la luz y el aire», concluyó Xi, conocido por las metáforas en sus discursos.
Según Peter Lacy, director global en Accenturem, con ese discurso «está claro que el presidente Xi está preparado para tomar el liderazgo del libre comercio».
Trump ha acusado repetidas veces las políticas comerciales de China de ser las responsables de la pérdida de miles de empleos en Estados Unidos y ha amenazado con aumentar los aranceles a los productos chinos.
Aunque Trump no estará en Davos (el viernes asume la presidencia en Washington), sí viajó a Suiza Anthony Scaramucci, uno de los miembros del equipo de transición, que lo calificó de «hombre de paz».
«Verán que es un hombre de paz, y eso es algo nuevo, no alarmante. Es un hombre de miras abiertas», dijo respondiendo a las duras críticas de Trump a la canciller alemana Angela Merkel y la Unión Europea.
En declaraciones a The Times y Bild, el futuro mandatario consideró una buena decisión la marcha de Reino Unido del bloque y pronosticó que «otros países dejarán» la UE, según él, por culpa de la crisis migratoria.
Scaramucci aseguró que Trump no considera «débil» a Europa pero pidió un nuevo tipo de relaciones.
«Tenemos que asegurarnos que nuestras estructuras, nuestras alianzas o nuestros tratados sean para el siglo XXI y XXII, no para el XX», afirmó.
– ‘Escuchar a la gente’ –
La edición de este año del Foro de Davos está marcada por un contexto de rechazo a las élites y al ‘status quo’ político.
Como parecen reflejar el ‘sí’ al Brexit o la victoria de Trump, muchos están rechazando las recetas de un mundo globalizado, sin fronteras y de mercados abiertos que preconizan cada año los participantes en este foro.
Por eso la edición 2017 tiene como leitmotiv el «liderazgo receptivo y responsable». El foro creado por el economista Klaus Schwab, de 78 años, pretende dar respuesta a la «genuina frustración de la gente que se ha quedado al margen del capitalismo globalizado», afirman sus organizadores.
«Las ventajas de la globalización son más claras para las economías emergentes que en los países desarrollados. Tenemos que escuchar, ayudar a la gente afectada», dijo a la AFP Sergio Ermotti, director ejecutvio del banco suizo UBS.
Frente a este discurso, dominante en Davos, que considera la globalización como clave para el progreso económico y social, también se oyen voces críticas, como la de la ONG Attac.
«Como cada año, con la complicidad de los grandes medios, estas élites van a intentar dar una imagen positiva de su ‘liderazgo’ sobre la globalización. Pero están obligadas a tener en cuenta la revuelta creciente de los pueblos contra el orden neoliberal», denunció la organización.
En el mismo sentido la ONG Oxfam publicó antes del foro su estudio anual sobre las desigualdades, que revela que los ocho hombres más ricos del mundo poseen tanto como la mitad más pobre del planeta.