El ex banquero Emmanuel Macron ganó las elecciones de Francia al ganarle a Marine Le Penn con 66% de los votos. Con apenas 39 años se convertirá en el más joven jefe de Estado francés de la V República, iniciada en 1958 y después de Napoleón Bonaparte.
Entre 2014 y 2016 fue ministro de Economía, Recuperación Productiva y Asuntos Digitales del presidente saliente Francois Hollande, quien lo introdujo en el mundo de la política al designarlo como su asesor económico en 2012.
Antes de su corta carrera gubernamental trabajó en el banco francés Rothschild & Co. como Especialista en Inversión Bancaria. En mucho de los diversos reportes de agencias internacionales y televisoras no dejan de recordar que nació en el seno de una familia de mucho dinero, cuyos padres son médicos de profesión.
Macron estudió filosofía, ciencias políticas y se unió al Partido Socialista a los 24 años. También se formó como Inspector de Finanzas en la Escuela Nacional de Administración en 2004.
Mientras estuvo en el Rothschild & Co. se encargó de la Oferta Pública de Acciones (OPA) de la empresa Nestlé a una filial de Pfizer por un precio de 9.000 millones de dólares y sustanciosos dividendos.
– Deja la banca por el Palacio del Elíseo –
En el año 2008 redactó junto al prestigioso economista Jacques Attali un informe sobre crecimiento económico encargado por el entonces presidente Nicolas Sarkozy.
En 2011, Macron apostó por la candidatura de Hollande y participó en la elaboración de sus discursos y programa de gobierno. Tras ganar las elecciones en 2012 el Presidente lo incorporó a su gabinete y le encargó el área económica, así como los preparativos y las negociaciones en el G-20 o la Unión Europea.
Macron tenía la confianza de las empresas y en sus dos años en el Elíseo fue el encargado de mantener el nexo del presidente Hollande con los grandes patronos de Francia.
Durante su gestión como titular de Economía fue calificado como un «tecnócrata abstracto». Ejecutó una criticada reforma laboral, fue partidario de la desregulación económica y de recortar puestos y gastos en el sector público. Pero también aboga por otorgar prestaciones a los trabajadores para su retiro y por ajustar salarios.
– El ahora –
Los medios franceses han alertado de que la gestión de Macron dependerá de las elecciones legislativas del 11 y 18 de junio.
Que salga un Parlamento afín a sus reformas o no será crucial para que pueda poner en marcha su programa. Así lo apuntaron las agencias de calificación financieras Moody’s y Standard & Poor’s (S&P).
Las dos emitieron respectivas notas de análisis en las que aprecian las medidas de Macron, aunque alertan que serán difíciles de ejecutar si no cuenta con una Asamblea favorable.
Ambas destacaron del programa económico del proeuropeo Macron su reforma del mercado laboral, concretamente el límite que quiere imponer en las indemnizaciones por despido establecidas por los jueces.
Aunque el triunfo de Macron resultó más holgado de lo previsto (dos de cada tres votantes franceses le escogieron), la alta abstención (25,44 %) y el inédito porcentaje de votos blancos y nulos (11,47 %) empañaron su elección.
Junto a las legislativas, otro de los grandes retos de Macron será la economía y, en particular, la lucha contra el desempleo, considerado uno de los grandes fracasos del presidente saliente.
Francia, segunda economía de la eurozona tiene una tasa de desocupación del 10%, muy por encima de la de Alemania (3,9%) y de la del promedio de la Unión Europea (8%).
No obstante, el futuro presidente se beneficiará de una coyuntura económica más bien favorable, tras un ligero repunte en los últimos meses.
Con información de AFP, EFE, AP, BBC y Wikipedia]]>