Economía

Alejandro Grisanti: La dolarización es un tema fuera de moda en el mundo

El director de la consultora Ecoanalítica sostiene que el gobierno venezolano no está ni ha estado preparado para afrontar una caída de ingresos como consecuencia de un posible embargo petrolero. Acota que la improvisación en materia económica profundizará la crisis del país. Tanto la reconversión monetaria como la dolarización -dice- son innecesarios sin antes estabilizar la economía.

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Foto: Harold Escalona

El argumento de dolarizar debido a la magnitud de la crisis y tras la hiperinflación que sufre Venezuela, no es razón suficiente para el economista y director de Ecoanalítica, Alejandro Grisanti.
Sostiene que antes de dolarizar al país es prioritario poner en marcha un plan de estabilización macroeconómica, incluso antes que un fuerte ajuste en la economía.
«Tanto la hiperinflación como la dolarización son procesos que están fuera de moda en el mundo. La mayor parte de los países resolvieron su problema de inflación, mientras que la dolarización se aplicó en muchas naciones hacia finales de 1990 y principios de 2000. Ya no hay ningún país ni economista que aseguren que dolarizar es el proceso para salir de la crisis», dijo Grisanti.
Al candidato Henri Falcón le recomienda –de llegar a ser presidente– estabilizar la economía, reducir la inflación a través de diferentes medidas y aumentar el poder adquisitivo del venezolano, por lo que luego de lograda esa estabilización «¿para qué cambiar al billete de Washington? Para qué imponer una serie de rigideces a la economía?», se pregunta.
Sostiene que hoy en día -por ejemplo- Perú está mucho mejor que Ecuador, país que tiene su economía dolarizada. «Perú está reduciendo sus transacciones en dólares, está buscando que el dólar no circule como moneda corriente y está creciendo con fuerza, captando más inversiones que Ecuador».
Destaca que los últimos casos de dolarización en el mundo como son Ecuador y El Salvador no son ejemplos de crecimiento ni de bienestar en la población.
– Otros ceros menos –
Sobre el plan de reconversión monetaria previsto para el 4 de junio, señala que es prioritario ejecutar igualmente un plan de estabilización monetaria antes de eliminar los tres ceros al bolívar. Sostiene que lo fundamental es controlar precios y eliminar las distorsiones y una vez estabilizada la economía observar el número de transacciones del público y en base a ello decidir cuáles son los billetes que reflejen las transacciones de los venezolanos.
«El gobierno hasta ahora ha respondido con improvisación y fantasía para enfrentar una crisis de estas dimensiones, la opinión pública cayó en las provocaciones del gobierno y empezó a hablar del petro, y a mes y medio de su lanzamiento no hay agente económico que tenga petros en su cartera de activos ni se está comercializando», dijo.
Para Grisanti, el resultado de una nueva transformación del cono monetario será escasez de efectivo, más inflación y generará un gasto adicional para el gobierno por querer «cambiar la denominación de la moneda en esta volatilidad de precios que vive el país».
Considera que si se aprovecha la reconversión para aumentar significativamente el precio de la gasolina, dejará de ser gratis como ahora, pero por muy poco tiempo y que «después volverá a ser gratis debido a lo imparable de la inflación».
– Más sanciones –
La probabilidad de un embargo comercial ha aumentado debido a la cesación de pagos de los títulos de deuda externa venezolana, destaca el director de Ecoanalítica. Considera que si los tenedores de bonos deciden ejecutar una demanda contra la República y Pdvsa, esta acción podría complicar las finanzas del país.
«Si se llegara a observar en las próximas semanas una serie de demandas en los centros jurídicos internacionales y especialmente en Nueva York, podría generar un embargo de facto por parte de los mercados. En estas demandas los bonistas irían contra los activos de Venezuela como tanqueros, petróleo y cuentas por cobrar. Esto no sería un embargo de tipo político sino de los mercados, el cual restringiría la capacidad de comercialización de Pdvsa», acota.
A Grisanti le preocupa que durante una posible demanda de los tenedores de bonos aparezcan los llamados «fondos buitres» (fondos de capital riesgo que compran deuda de economías en problemas, cercanas a la quiebra, para posteriormente presionar y cobrar la totalidad del valor de esa acreencia). «La capacidad de hacer daño de los fondos buitres es prácticamente ilimitada».
La realización de las elecciones presidenciales el próximo 20 de mayo, cuya convocatoria ha sido declarada ilegal por la comunidad internacional, podría acelerar una medida de prohibición de compra del petróleo de Venezuela, señala el economista.
«Las sanciones van a ser graduales a medida que no se cumplan los objetivos. La comunidad internacional incrementará la presión sobre el país que está sancionado. El 20 de mayo habrá un evento que todo indica que no será reconocido por Estados Unidos, Canadá, buena parte de América Latina y Europa, y por consiguiente esa elección será un disparador de nuevas sanciones», dijo.
A su juicio, se pueden generar prohibiciones a las importaciones de Venezuela de insumos para la producción de gasolina y de crudo liviano y sintético para mezclar con el petróleo pesado. También podría ser sujeto de sanciones las exportaciones petroleras hacia EEUU.
«El gobierno no ha estado ni está preparado para una sanción de este tipo. No entiendo la actuación del Ejecutivo desde que se iniciaron las sanciones hace siete meses. Se ha radicalizado y lo vemos más aislado internacionalmente para buscar algún tipo de salida (…) No hay nuevos financiamientos de países como China e India. Todas las señales que el gobierno ha dado es que no estaba preparado, tiene un recorte muy fuerte en las importaciones y una caída súper fuerte en la producción petrolera».
– Tiempo para recuperar Pdvsa –
Grisanti recuerda que la industria petrolera ha retrocedido 70 años y preocupa que la tendencia de caída en la producción no parece detenerse. Es por ello que recuperar a Pdvsa tomará su tiempo.
A su juicio, en una senda de 10 años se podría aumentar en 250.000 barriles diarios la producción petrolera anual de Pdvsa. Las exportaciones de crudo venezolano experimentaron una caída en promedio de 20.000 bd entre 1998 y 2014, mientras que entre 2014 y 2018 fue de 400.000 bd por año.
Resalta que a corto plazo el país requerirá financiamiento internacional y a mediano y largo plazo inversión petrolera, retorno del ahorro de venezolanos en el exterior e inversión extranjera.
«Hemos caído en una pelazón tal que cualquier cambio hará que se perciba una gran mejora de manera rápida», pero eso sí, «por cada año que se mantenga el presidente Maduro en el poder, se necesitarán tres años para recuperar el país«.

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