Economía

Economía de EEUU crece 2,5% y le mete gasolina a campaña de Biden

En un año electoral, en el que el estado de la economía puede ser determinante entre los electores, se reporta un crecimiento del PIB de 2,5% en 2023 y una proyección de 3,3%. Pero todavía hay riesgos.

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EEUU crece y Biden sonríe

La economía de EEUU creció más de lo esperado en 2023, desafiando todos los pronósticos de recesión, una muy buena noticia para dar impulso a la campaña del presidente Joe Biden para su reelección.

La expansión del Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense se aceleró en 2023, hasta el 2,5% frente al 1,9% del año anterior, según una estimación preliminar del Departamento de Comercio, publicada este jueves.

«Los expertos, desde que fui elegido, no han parado de predecir una recesión inminente…», bromeó Biden durante un discurso en Superior, Wisconsin (norte).

El cuarto trimestre también fue mejor de lo previsto, con un crecimiento de 3,3% en proyección anual (la expansión del PIB a 12 meses si continuaran las condiciones al momento de la medición).

El gobierno del presidente demócrata pone énfasis desde hace meses en su plan económico conocido como «Bidenomics», sobre todo porque su predecesor y posible rival en las presidenciales de noviembre, el republicano Donald Trump, se jacta del buen estado de la economía cuando él estaba al mando del país.

«El crecimiento económico es más fuerte que el que tuvimos bajo la administración Trump», presumió Joe Biden.

Un país cambiado

«Gracias al pueblo estadounidense, Estados Unidos tiene hoy el crecimiento más fuerte y la tasa de inflación más baja de todas las principales economías del mundo», añadió, aunque reconoció que queda «más trabajo por hacer».

«Salarios, riqueza y empleo están más altos ahora que antes de la pandemia», afirma Biden en un comunicado.

Los salarios subieron y, desde mediados de 2023, los aumentos fueron mayores que los incrementos de precios.

De modo que el consumo, principal motor del crecimiento estadounidense, se mantuvo sólido a pesar del impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo.

El PIB estadounidense se ha movido en una montaña rusa en 2020 y 2021, registrando primero su mayor caída desde 1946 (-3,5%) y dos meses de retroceso debido al covid-19 y después el más fuerte desde 1984 (+5,9%).

«Ninguna» de las políticas de Joe Biden «tiene como objetivo recrear una era pasada. Este país y el mundo han cambiado y no podemos volver atrás», aseguró este jueves la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quizá en alusión a Trump, que promete «devolver» al país «su grandeza» si regresa a la Casa Blanca.

Yellen habló de los distintos planes adoptados por la administración demócrata, que impulsan las inversiones en infraestructuras o la industria verde.

Recesión, aún posible

«Lo que necesitamos es un nuevo futuro (…) impulsado por las industrias del siglo XXI, y en cuyo centro se encuentra la clase media», insistió Yellen, durante este discurso en Chicago (Illinois).

«La administración está sentando las bases de este futuro», aseguró, y elogió «la recuperación económica más equitativa en la historia de Estados Unidos».

Los últimos datos del PIB refuerzan el optimismo de que Estados Unidos está logrando un «aterrizaje suave», donde la inflación se enfría con tasas de interés más altas, sin desencadenar una recesión.

Estos datos económicos son la segunda buena noticia de Biden en dos días.

El miércoles ya recibió un fuerte espaldarazo cuando el poderoso sindicato del automóvil estadounidense UAW pidió el voto para él en las presidenciales de noviembre.

Pero queda mucha carrera electoral por delante.

Aunque la situación ha mejorado mucho en cuanto a inflación y el mercado laboral sigue muy dinámico, Biden no está a salvo de una desaceleración económica, o incluso de una recesión, en plena campaña electoral.

Lydia Boussour, economista de EY Parthenon, cuenta con un «aterrizaje suave», aunque «con una probabilidad de recesión de alrededor del 35%».

Los expertos esperan que el banco central estadounidense (Fed) reduzca sus tasas en 2024, lo que hará el crédito más asequible para los hogares y restablecerá el poder adquisitivo. Pero no de inmediato.

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