En su discurso durante una conferencia de negocios, Xi no mencionó directamente a su homólogo estadounidense, Donald Trump, ni la disputa entre las dos naciones. Prometió avances en áreas que son prioritarias para Estados Unidos, incluyendo la apertura del sistema bancario chino y el aumento de las importaciones, pero no abordó temas que molestan especialmente a Washington como el requisito de que las empresas trabajen el país a través de emprendimientos conjuntos que les hacen entregar su tecnología a potenciales competidores locales.
Pese a que la china es la más hermética de las principales economías mundiales, Xi intentó presentar a su país como un defensor del libre comercio y la cooperación frente a los llamados de la política “Estados Unidos primero” de Trump para imponer restricciones a las importaciones y acuerdos comerciales más favorables para Estados Unidos.
“La apertura de puertas en China no se cerrará sino que se abrirá más”, dijo Xi en el Foro de Boao para Asia, celebrado en la isla de Hainan, en el sur del país.
Beijing “reducirá significativamente” los aranceles a las importaciones de autos este año y aliviará las restricciones a la propiedad extranjera en la industria automotriz “tan pronto como sea posible”, agregó.
Los analistas del sector privado vieron el discurso de Xi como una propuesta para ayudar cerrar la mayor disputa comercial global desde la Segunda Guerra Mundial. Esta situación ha alimentado los temores a que la recuperación económica mundial pueda dar marcha atrás si otros gobiernos se ven obligados a aumentar sus propias barreras a la importación.
Trump amenazó con subir los aranceles a productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares en respuesta a las quejas de que Beijing presiona a las firmas extranjeras para que entreguen su tecnología, lo que viola los compromisos de apertura de mercado de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Las autoridades chinas elaboraron su propia lista para aplicar medidas similares a bienes estadounidenses por importe de 50.000 millones de dólares en el caso de que la Casa Blanca suba los impuestos a sus productos.
El líder chino se comprometió a fomentar un “intercambio tecnológico normal” y a “proteger los derechos legales de propiedad de las empresas extranjeras”.
Estas promesas podrían ayudar a destensar la situación, señaló Rajiv Biswas, analista de IHS Markit, en un informe.
“El discurso del presidente Xi podría crear una plataforma muy buena para iniciar un diálogo entre Estados Unidos y China en la OMC para alcanzar un acuerdo sobre derechos de propiedad intelectual que aborde las preocupaciones de Estados Unidos”, dijo Biswas. “Esto sería una victoria para el sistema comercial mundial y un paso importante para alejarse del abismo del creciente proteccionismo global”.
Es probable que el enfrentamiento termine “con una concesión de China”, apuntó Larry Hu, del grupo Macquarie, en otro análisis.
También el martes, China presentó una queja ante la OMC contra la decisión previa de Trump de subir los aranceles a las importaciones de acero y aluminio en un enfrentamiento separado.
Beijing, que hizo pública una lista de productos estadounidenses por importe de 3.000 millones de dólares que podrían sufrir alzas impositivas como respuesta a la iniciativa de la Casa Blanca, pidió como primera medida un plazo de consultas de 60 días. Si las partes no alcanzan un acuerdo, el próximo paso podría ser que China solicite que un panel de expertos en comercio se pronuncie sobre el caso, explicó la OMC.
Las autoridades chinas niegan que las empresas extranjeras estén obligadas a entregar su tecnología, pero los grupos sostienen que las normas que rigen los emprendimientos conjuntos y la concesión de licencias lo convierten en algo inevitable. El mes pasado, Washington presentó una queja ante la OMC acusando a Beijing de violar su promesa de abrir su mercado al imponer condiciones contractuales injustas y permitir que las empresas usen tecnología de propiedad extranjera una vez expiran las licencias.]]>