Energía y Petróleo

Gasolina más barata del mundo le sale bien cara a los venezolanos

En los seis meses terminados este 31 de marzo, Venezuela importó desde Estados Unidos 17 millones de barriles de petróleo a medio procesar, gasolina y otros derivados del crudo. Por lo bajito, esta “potencia” de los discursos vacíos se bajó de la mula con 1.020 millones de dólares trayendo leña para el monte.El país que se precia de poseer las reservas de petróleo más grandes del mundo, que alcanzan para más de 350 años, suficiente tiempo como para que no quede polvo galáctico de muchos huesos enterrados por aquí, está endemoniadamente quebrado, pero se da el lujo de literalmente tirar gasolina por la ventana.

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Foto: Harold Escalona

Los datos de la importación venezolana de derivados del petróleo, que tanto oculta Pdvsa, salen con puntualidad cada mes y cada seis meses, de la base del Departamento (ministerio) de Energía de Estados Unidos, a través de la Agencia de Información de Energía (AIE).
Es un registro de las relaciones comerciales energéticas de la primera potencia con el resto del mundo, (por si acaso las teorías conspiratorias), por lo que los numeritos no tienen nada que ver con ninguna guerra informativa de cuarta generación. Están ahí, en la Internet.
Gracias al populismo y al poco capital político de sus dirigentes, este país mantiene un escandaloso regalo público de la gasolina a los que tienen carro, mientras los más vulnerables de la población, los niños y los viejitos, y hasta los más fuertes del hogar, como las madres y padres de familia, padecen por falta de medicinas y alimentos básicos.
La factura que hemos contabilizado es conservadora porque considera como referencia el precio promedio de esos últimos seis meses del petróleo Brent, el más caro del mercado internacional, liviano y de mayor calidad.
Los derivados del petróleo valen al menos 10 dólares por encima del petróleo más caro y unos 20 dólares por encima del venezolano, que como sabemos, es más chimbo porque es pesado y con alto contenido de azufre y metales.
Esto es como si usted le vendiera al molino del barrio jojoto en mazorca, para después tener que comprarle las cachapas del almuerzo.
Estados Unidos es el principal cliente del petróleo venezolano y casi el único que paga en efectivo. Pero a su vez es el mayor proveedor de derivados, con 2,911 millones de barriles en el mes (93.900 barriles por día) en este marzo que se acaba de ir.
Sólo de gasolina, en diciembre pasado ocurrió la tercera mayor importación de nuestra historia comercial, con 1,292 millones de barriles (equivalentes 42.000 barriles por día).
Fue la más alta después de los 2,908 millones comprados en diciembre de 2012 (94.000 bpd) y los 2,541 millones en noviembre de ese mismo año (85.000 bpd).
Venezuela es el segundo mayor cliente mundial de las gasolinas de Estados Unidos, después de México. Además compra importantes volúmenes de naftas (usadas para diluir hidrocarburos), lubricantes y oxigenantes para gasolinas, como el MTBE (Metil Terbutil Eter, que eleva el octanaje).
Pues bien, para poder cuadrar las cuentas en este negocio de la gasolina y los productos importados, ni siquiera es posible hacerlo pelo a pelo. Como el crudo venezolano es más barato, venderle 17 millones de barriles a EEUU al precio promedio aproximado del semestre que acaba de terminar le aportó al país por ese lado $740 millones nada más.
Entonces hay que completar de otro lado los casi 300 millones de dólares para pagar las importaciones de una cantidad similar de combustible.
Es como si usted cambiara una piña, más Bs 3.000 por dos batidos para acompañar el almuerzo.
– Rodando de apariencias –
De esos 17 millones de barriles de derivados importados en seis meses, 4,628 millones de barriles corresponden a gasolina para consumo final. Eso equivale a unos 25.000 barriles por día en promedio.
Solamente en enero pasado, cuando los precios de referencia en la Costa Este de Estados Unidos cayeron, y también bajaron las importaciones de gasolina hasta solo 308.000 barriles en el mes, Venezuela pagó $20,6 millones aproximadamente.
En efecto hubo un fuerte bajón en las importaciones en enero, si se considera que en diciembre la factura fue de $274 millones y en noviembre $193 millones (las fluctuaciones se deben además de los volúmenes a los precios).
Un barril es una medida de referencia de 159 litros. Los barriles o perolones, esos de guardar el agua racionada en las casas, en realidad no se usan para exportar petróleo, porque si no el negocio sería vender el acero, en vez del petróleo.
Si se considera un tanque promedio de 50 litros para los carros, significa que Venezuela compró unos 5,451 millones de llenados de tanques de gasolina, para que sus conductores abastezcan en las bombas y se precien de decir que tienen el combustible más barato del mundo porque el petróleo es nuestro.
Por cada uno de esos tanques, el conductor paga unos 0,8 centavos de dólar al paralelo, mientras el gobierno habrá pagado el menos los 19 dólares restantes en costo de oportunidad.
Si el conductor le dio rosca al carro y cada semana fue a abastecer, en el año habrá recibido con lacito un regalo de $4.160. No importa si no encuentra medicinas ni luz en las calles, ni si los maestros están mal pagados, o si la familia tiene que gastar casi todo el sueldo en medio comer.
Los más pobres, que no tienen carro, y andan pasando roncha en carrito por puesto o autobús, no reciben nada por ese lado. Si no, saque la cuenta de cuantas veces han subido los pasajes por puesto y de taxis.
Obvio, no solo la gasolina entra en esa ecuación de los pasajes. El transporte público también sufre por los precios de repuestos y cauchos y el costo de la vida que también golpea a esos choferes, pero en todo caso es otro argumento que explica que lo social no justifica ese ridículo precio de los combustibles.
En cambio en Colombia y en Brasil al precio actual el tanque de gasolina de 50 litros vale unos $37 esta semana, lo que ayuda a explicar por qué el contrabando de gasolina desde Venezuela hacia esos países se ha convertido en un negocio mucho más rentable que el de la cocaína.
La Venezuela potencia también importó desde Estados Unidos en estos seis últimos meses 4,143 millones de barriles de petróleo a medio refinar, que se usa para completar procesos en las refinerías locales y también es más caro que el Brent.
Agencias de noticias habían reportado que varios barcos con derivados del petróleo hacia Venezuela se habían quedado fondeados por falta de pagos. Eso coincide con la escasez puntual que se registró en marzo en Caracas, para escándalo de los citadinos, pues el problema ya era común en otras ciudades, como Maracay y Valencia.
– Las paradojas del dependiente –
De hecho Venezuela se ha convertido en un exportador y a la vez importador de hidrocarburos, lo que termina golpeando sus finanzas públicas justo cuando más se necesita dinero y ayuda a demoler la falacia de que somos un país rico y sobrado, como galán de poste.
Casualmente por estos días en que salen estas cifras, el presidente Nicolás Maduro redobla sus esfuerzos para ayudar a que suban los precios del petróleo y dice que estrecha contactos con sus socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para que se prorrogue un acuerdo de diciembre para reducir la producción y apuntalar precios.
Pero, mientras más suban los precios del petróleo, mucho más lo harán los de la gasolina importada. Es decir, lo que no se irá en lágrimas se irá en suspiros.
Venezuela se acerca a la cuota para cumplir con el recorte de producción de crudo, pero en general pese a los esfuerzos de los productores, los mercados no han respondido como esperaban presidentes como Maduro.
Pese a algunas alzas puntuales en las últimas semanas, por ejemplo el petróleo WTI que se usa como referencia en América, terminó el primer trimestre del año con una fuerte caída acumulada de 5,8%, en 51,9 dólares el barril.
El de Venezuela promedia en lo que va de 2017 $44,76 el barril, muy por debajo de los al menos $50 con que sueña el gobierno venezolano.
La gasolina de Estados Unidos, para entrega en abril cerró esta semana en $71 el barril, por lo que Pdvsa deberá ir preparando la cartera para poder completar la cuota de abastecimiento “soberano” interno, que es suplida por “¡el imperio mesmo!”.]]>

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