En medio de la escasez de gasolina en Venezuela, como consecuencia de la paralización de la producción e importación de combustible en el país, las largas colas para surtir gasolina en las estaciones de servicio del país han sido el pan de cada día. Sin embargo, el plan del Gobierno de Maduro de reactivar la producción en cada refinería venezolana parece estar dando frutos, aunque aún no está claro por cuanto tiempo.
La refinería venezolana Cardón, la cual tiene la capacidad de procesar 33 mil barriles diarios de gasolina terminada empezó a funcionar el sábado 13 de junio en horas de la tarde. Según el dirigente sindical, Iván Freites, este inicio de operaciones se presenta con una gran inestabilidad en el sistema.
Hasta los momentos, la refinería está produciendo 23 mil barriles diarios de combustible de 91 y 95 octanos, lo cual puede aliviar en parte la crisis de combustible en Venezuela, aunque no la resuelve por completo.
Estos 23 mil barriles diarios que está produciendo en este momento la refinería de Cardón reactiva una pequeña parte de la producción de combustible que tenía el país (1,3 millones de barriles diarios de gasolina), pero aún está muy lejos de llegar a reactivar el aparato productivo nacional, por lo que la escasez de gasolina podría mantenerse, asegura Freites.
Irán, aliada en la reactivación de las refinerías
El encendido de esta refinería venezolana llega de la mano de trabajadores iraníes enviados con maquinarias y equipos para reactivar el sistema. Sin embargo, para Freites, la realidad de la industria sigue siendo muy compleja.
«El sistema es aún muy inestable, lo que no genera una insostenibilidad real de la planta. En este momento se está produciendo por debajo de la capacidad y lo que se deja de producir se manda a un mechurrio para quemarlo. Por eso es que hace un tiempo decían que se estaba quemando la refinería. Eso fue falso. Lo que pasa es que se tuvo que quemar todo lo que no se pudo producir», aseguro el sindicalista.
¿Cuánta gasolina necesita el país?
El tamaño de la demanda de gasolina en Venezuela ha variado en los últimos meses. A final de 2019, la demanda estimada de combustible se ubicaba en torno a 250.000 barriles diarios. En medio de la cuarentena, y ante la paralización de la economía, la demanda cayó hasta los 100 mil barriles por día.
Esta cifra podría incluso ser menor. El aumento del precio del combustible a $0,5 por litro en gran parte de las estaciones de servicio, pudo contraer un poco más la demanda debido a una menor capacidad para llenar el tanque de combustible.
Cuando arribaron cinco buques iraníes, cargados con 1,5 millones de barriles de combustible a puertos venezolanos, la mayoría de expertos señalaron que esto duraría un mes. De ser así, el consumo se promedió en 50 mil barriles diarios. Esto implica un consumo de 200 mil barriles menos que hace apenas seis meses.
Para tener una mejor idea, la carga de combustible iraní, celebrada por el Gobierno de Maduro, representó menos de la mitad del combustible mensual que se traía de EEUU (3,7 millones de barriles al mes) antes de las sanciones.
Refinerías sin trabajadores
Activar las refinerías en Venezuela no solamente implica lograr que técnicamente las plantas se recuperen. La administración de Pdvsa también necesita enfrentarse a otro problema: la falta de personal.
Según Freites, las refinerías del país necesitan 25 mil técnicos para operarlas. «En este momento el personal operativo llega a apenas 2 mil personas».
Lo que sucede es que ante la falta de incentivos laborales y con sueldos devaluados por la hiperinflación, la mayor parte de los trabajadores de Pdvsa dejaron la industria. «Nuestro contrato colectivo se venció en octubre del año pasado y hasta el momento no hay ni un anteproyecto sobre un ajuste salarial», apunta el sindicalista.
Sin embargo, dentro de la industria hay algunos trabajadores, principalmente en las empresas mixtas, que reciben algún tipo de bonificación calculado en dólares, aunque pagado en bolívares.
«Están llamando a los jubilados para que vuelvan a trabajar. Así estamos», dijo Freites.