Los países emergentes, con China a la cabeza, están ya liderando la transición verde hacia vehículos eléctricos, lo que provocará una marcada caída de la demanda del crudo y pondrá fin a la «era del petróleo».
Así lo indica un estudio publicado este viernes por el laboratorio de ideas «Carbon Tracker», que calcula que este cambio de modelo podría generar en esos mercados un ahorro anual de hasta 250.000 millones de dólares en 2030, con lo que el incremento de la demanda global de crudo podría ser un 70 % inferior al previsto.
En las condiciones actuales, este trabajo estima que más del 80 % del crecimiento de la demanda global de petróleo hasta 2030 procederá de las necesidades del sector del transporte en los países emergentes, mientras que en torno a la mitad de ese porcentaje corresponde a China e India.
Drástica reducción
Sin embargo, Carbon Tracker recuerda que ambos están reduciendo drásticamente su dependencia del crudo y promocionan con fuerza los vehículos eléctricos (EVs, sus siglas en inglés), cuyos precios se aproximan ya a los de motores diesel y gasolina.
En este sentido, China es ahora líder mundial en el desarrollo de EVs, una estrategia que también está siguiendo India, apunta el informe.
«Esta es una elección simple entre la creciente dependencia de lo que ha sido un petróleo caro producido por un cartel extranjero y la electricidad nacional producida por fuentes renovables cuyos precios caen progresivamente. Los importadores de los mercados emergentes pondrán fin a la era del petróleo», explica en un comunicado Kingsmill Bond, principal autor del estudio.
Reducir dependencia
La mayoría de los gobiernos en los mercados de China, India, Sudeste Asiático y en casi toda África tienen «fuertes incentivos» para «electrificar sus sistemas de transporte», pues el 68 % de sus importaciones de crudo van a parar a ese sector cada año.
China, por ejemplo, gasta hasta el 1,5 % de su producto interior bruto (PIB) en importar petróleo, mientras para India supone el 2,6 %.
Bond destaca que con el citado ahorro de 250.000 millones de dólares anuales, estos países podrían financiar, «de sobra», la infraestructura necesaria para electrificar sus sistemas de transporte.
Junto a los beneficios económicos se sitúan los de salud pública, ya que la contaminación procedente del transporte por carretera provoca 285.000 muertes al año en esos mercados emergentes, de los que 114.000 ocurren en China y 74.000 en India, según cifras del Consejo Internacional de Transporte Limpio.
Bajan las baterías
Entre los factores que están facilitando esta transición verde figura también el abaratamiento de las baterías eléctricas, cuyos precios han caído el 20 % desde 2010.
Carbon Tracker prevé que, «en los próximos años», su precio caerá desde los 135 dólares por cada kilovatio hora (KWh) hasta los 100 dólares por KWh, lo que igualará el coste de comprar un vehículo convencional al de uno eléctrico, mientras éstos ya serían incluso más baratos en 2030.
Para entonces, la firma analista BloombergNEF, precisa el estudio, pronostica un precio de batería eléctrica de 61 dólares por KWh y los fabricantes Volkswagen o Tesla lo sitúan en los 50 dólares por KWh.
«Un cambio a EVs en los mercados emergentes haría que los importadores de petróleo reduzcan el crecimiento de la demanda mundial en más del 70 %. Y si tenemos en cuenta que la guerra contra los plásticos afectará a los productos petroquímicos y que aumentará la penetración de EVs en mercados desarrollados, quizá ya alcancemos el pico en la demanda de petróleo en 2019», señala Bond.