Laboral

Desempleo e informalidad se afincan en América Latina y el Caribe

Al comenzar 2022, se estima que en total hay unas 28 millones de personas que buscan ocupación sin encontrarla. En América latina y el Caribe la informalidad es la norma. Los jóvenes y las mujeres son los más afectados por esta crisis crónica.

Ex trabajadores de GMV
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El empleo en América Latina y el Caribe se recuperó en 2021 en comparación con el primer año de la pandemia, pero se mantienen rémoras como la informalidad y tasas más altas de desempleo entre las mujeres y los jóvenes.

El crecimiento económico registrado en 2021 fue insuficiente para recuperar el mercado laboral de América Latina y el Caribe, que dos años después de iniciada la crisis registra alta desocupación y la perspectiva de un aumento de la informalidad, indicó un nuevo informe de la OIT.

Vinícius Pinheiro, director para la región en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dijo que “el panorama laboral es incierto, la persistencia de los contagios por la pandemia y la perspectiva de un crecimiento económico mediocre este año podrían prolongar la crisis del empleo hasta 2023 o incluso 2024”.

La tasa de desocupación se ubica en 9,6 % y uno de cada dos trabajadores latinoamericanos o caribeños labora en la informalidad.

Una panorama incierto

La nueva edición del Panorama Laboral de América Latina y el Caribe indica que de los 49 millones de puestos de trabajo que se perdieron en el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre de 2020, aún faltan por recuperar 4,5 millones.

Según el documento, “el crecimiento del empleo en 2021 fue particularmente significativo en sectores como construcción (16,7 %), comercio (9,1) y transporte (6,7 %), lo que contrasta con lo observado en 2020, en que estos sectores registraron fuertes contracciones”.

La tasa promedio de desocupación regional a fines de 2021, representa una mejoría desde el 10,6 % que alcanzó en 2020, pero un retroceso frente al 8% que se registró para el año 2019, usado como referencia para calcular el impacto de dos años de pandemia.

Y al comenzar 2022, se estima que en total hay unas 28 millones de personas que buscan ocupación sin encontrarla y están en desempleo abierto.

“El panorama laboral es incierto, la persistencia de los contagios por la pandemia y la perspectiva de un crecimiento económico mediocre este año podrían prolongar la crisis del empleo hasta 2023 o incluso 2024”: Vinícius Pinheiro.

La OIT destaca que el pronóstico de un crecimiento económico mucho más bajo en 2022 (2,1 % según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe) es un indicio claro de que a la región le costará más tiempo salir de la crisis por la covid.

Informalidad más que refugio

La tasa de desocupación este año podría bajar entre 0,2 y 0,3 puntos porcentuales, manteniéndose por encima de nueve por ciento, insuficiente para regresar a 2019, cuando la situación del mercado laboral ya distaba de ser positiva en una región con crecimiento lento, baja productividad y altas informalidad y desigualdad.

“En la región la pandemia tuvo un impacto más severo por causa de ‘comorbilidades sociales’ como informalidad y desigualdad”, sostuvo Pinheiro, y esos elementos “contribuyeron a la pérdida de empleos y de ingresos, sin regímenes de protección social adecuados para sostener a las personas en un momento tan difícil”.

El informe de desempleo destaca que tras el inicio de la pandemia la crisis se manifestó de manera atípica y en vez de afectar más a las ocupaciones formales hubo una pérdida mayor de empleos informales, lo que dejó a millones de personas sin ingresos.

La situación se ha revertido, y los países con datos disponibles indican que entre 60 y 80 % de los empleos recuperados hasta el tercer trimestre de 2021 lo fueron en condiciones de informalidad.

Desempleo e informalidad
En calles de Caracas, como en cualquier otra gran ciudad de América Latina, prosperan los micro negocios informales. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Una crisis sexista

En lo que respecta a las mujeres, la tasa de desempleo se mantiene elevada, en 12,4 % desde 2020, lo cual amplifica el impacto de la crisis sobre la desigualdad de género en el trabajo.

“El impacto más intenso entre las mujeres en la región se asocia a la mayor presencia femenina en sectores económicos fuertemente afectados por la crisis como hotelería y restaurantes, y en otras actividades de servicios y del sector de hogares. Por otro, a la mayor incidencia de la informalidad entre las mujeres”, dice el informe.

La tasa de desocupación juvenil también es preocupante: ya antes de la pandemia rondaba 18 % y se consideraba demasiado elevada. Pero con esta crisis rápidamente superó el límite de 20 % y se mantiene en 21,4 %.

La especialista en economía laboral de OIT y coordinadora del informe, Roxana Maurizio, destacó que frente al escenario actual es imperativo “adoptar una agenda más amplia de políticas integrales y de gran alcance centrada en las personas y, en particular, en la creación de empleo formal”.

“Sin un conjunto de medidas coherentes para generar puestos de trabajo los impactos de la crisis se prolongarán, y dejarán profundas cicatrices sociales y laborales por largo plazo en América Latina y el Caribe”, añadió Maurizio.

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