Mercados

Venezuela no hace cobertura de riesgo petrolero desde hace 15 años

La guerra de precios entre productores convencionales de crudo y no convencionales y que ha provocado una estrepitosa caída en la cotización del oro negro, pone de manifiesto la necesidad de estar cubierto en un negocio tan volátil como el petrolero.

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Venezuela, país productor y miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, mantiene una alta dependencia de los ingresos de las ventas de crudo. Sin embargo, no hace operaciones de cobertura de riesgo desde hace 15 años, dice Alberto Cárdenas, asesor de inversiones de la firma Bendio AG.

Esta figura financiera no es otra cosa que un contrato mediante el cual se asegura un activo eliminando la incertidumbre sobre los precios. Los mercados de commodities (materias primas) que dependen de factores externos en la formación de precios, suelen «cubrirse».

A través de diversos instrumentos se asegura la compra pagando una prima por la venta -en este caso de petróleo- a un precio expecífico.  «Que Venezuela no lo haga es un verdadero problema», señala Cárdenas, quien abordará el tema este martes 27 en el foro “El mercado de valores como herramienta de desarrollo” , organizado por Rendivalores y El Estímulo.

«El país no tiene cultura del manejo del riesgo a pesar de que el mercado petrolero depende de factores que no controlamos», señala.

De acuerdo con el analista, el escenario a la baja que se observa desde mediados de 2014 «es un ajuste correctivo que viene de la crisis financiera de 2008 (que llevó a la OPEP a recortar producción en forma masiva) y que debe terminar este año».

En la medida en que comenzaron a retirarse los estímulos monetarios, los precios de las materias primas empezaron a afectarse, sostiene.

La firma proyecta que los precios se moverán en torno a los 50 dólares durante 2016, a los que seguirá una tendencia creciente (moderada) que para 2018 colocará la cotización en 70 dólares.

Cárdenas advierte que pudiera darse un ajuste en la producción de esquisto (shale oil) que se refleje en una caída en los niveles de bombeo.

Para esta misma fecha del año pasado habían 1.400 taladros activos en Estados Unidos, en la zona norte de Dakota, y hoy sólo hay 600, precisa el experto.

«La producción en EEUU está sobre los 9 millones de barriles diarios. Pero buena parte de ella se la logrado mediante financiamiento, lo que pusiera generar problemas de flujo de caja a las empresas. Si hay un reacomodo en la industria los competidores más débiles saldrían de juego, mientras por otro lado, hay un proceso de resiliencia para hacerse más competitivo».

Entre los aspectos técnicos del mercado, Bendio AG evalúa los ciclos en la dinámica de los precios. «Estamos claramente en una tendencia bajista en precios de petróleo que ha hecho que muchos fondos y Smart money estén asumiendo posiciones cortas» (compras).

«Como firma prevemos que esto hará ruido en el escenario petrolero y el precio caerá con fuerza en las próximas semanas». El incremento de los inventarios en EEUU, la apreciación del dólar, y el levantamiento de las sanciones a Irán que comenzó el 18 de octubre (deben pasar 45 días para que los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica verifiquen la situación in situ), explican la nueva caída que advierte la firma.

Irán ha señalado que una vez sean levantadas las medidas en su contra, una semana después está en capacidad de colocar en el mercado 500.000 barriles diarios.

Bendio AG espera un nuevo mínimo para el precio del barril West Texas Intermediate de 35 dólares en el corto plazo. «El precio comienza a descontar la oferta a futuro. El WTI está alrededor de 45 dólares, después de alcanzar un máximo de 50,80 y un piso de 37 dólares el 24 de agosto».

No obstante, un precio de 35 dólares se mantendrá por muy corto tiemo, señala Cárdenas, quien explica que por razones estacionales, los inventarios suben y provocan precios a la baja y luego cuando entra el frío tienden a remontar.

«Por temas de inventario podemos ver presiones a la baja hasta el 15 de noviembre. Después que ocurra esta caída vamos a a tener un rebote en diciembre que se puede extender hasta el primer trimestre de 2016 por la disminución de producción en EEUU y un cambio de tendencia del dólar, que va a tender a debilitarse», dice Cárdenas quien destaca que el dólar mantiene una correlación inversa a los precios del crudo.

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