Espectáculos

50 Sombras de Grey: película vs. soundtrack

Nunca me preocupé o interesó leer el libro de 50 Sombras de Grey, ni siquiera hice planes para ver la película. En cierta forma veía desde las gradas el fracaso de su adaptación, el exceso de publicidad e imágenes que iban a acabar con el morbo final en pantalla. Demasiada expectativa resumida en desilusión cuando se trata de sexo.

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El entretenimiento cuando consigue la atención debida, alguna de sus partes debe salir airosa, es el caso de su soundtrack, como en muchos casos pasado, la banda sonora de una película salva lo que en guionista, fotógrafo, edito, editor y en este caso adaptación, no fue capaz de hacer con la insaciable imaginación de un público ávido de material para su disfrute y placer.

Escuchar Fifty Shades of Grey: Original Motion Picture Soundtrack (2015), con una botella de vino es una manera de reinterpretar la imaginación sexual a través de sus canciones. Siempre que aparezca Annie Lennox, desde sus tres décadas musicales, habrá una carga erótica inconsciente. Su versión de “I put a spell on you” es el inicio de una odisea imaginativa en pareja.

Clásicos como “Beast of burden” de The Rolling Stone, “Witchcraft” de Frank Sinatra o el cover de “I´m on fire” de Bruce Springsteen por los americanos de Awolnation, van sobre seguro en el disco. Temas que unen sensaciones y diversidad de géneros en un solo propósito de placer humano.

Lo que hace atractivo al soundtrack es su capacidad de desligarse del trago amargo del film por el cual es inspirado. El tratamiento artístico y compositivo viene dado por una expresión de sus autores que se expande con la reinterpretación y creatividad de quien lo escucha y adopta su propia historia morbo-erótica con 61 minutos de sensualidad sonora.

El álbum debutó en el puesto #2 del Billboard, soportado por la expectativa del consumidor. Es el disco de más ventas en itunes, incluso más que cualquiera de los ganadores del Grammy pasado. “Love me like you do” de Ellie Goulding es el sencillo con mayor ranking en cartelera y el que evoca la conexión de la película.

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Y aunque en la edición en físico aparecen 16 tracks, en el formato digital los temas de Beyoncé: “Crazy in love” y “Haunted” deben comprarse por separado. Sus fanáticos parecen no importarle y han hecho ese gasto adicional.

Fifty Shades of Grey se gestó similar a Hunger Games o Twilight, proviene desde el ala protectora de un film que presume ser taquillero o esperado y se rodea de artistas e intérpretes capaces de aportarle un repertorio significativo que puedo hacer vida más allá del resultado final de la crítica o el público sobre la película que se exhibe.

“Undiscovered” de Laura Welsh emana ese pop inteligente con un atractivo seductor desde su voz, lo mismo que “Meet me in the middle” de Jessie Ware. Hasta el pop-dark de “Earned it” de The Weeknd junto al “Where you belong”, dos buenos temas de su repertorio, le hacen justicia al soundtrack.

De repente “Salted wound” de Sia le cuesta sobresalir, pero encuentra su espacio en el disco que a decir verdad cuesta asimilar el “I know you” de Skylar Grey.

El ejercicio imaginativo de quien no leyó el libro o ni siquiera vio la película se verá altamente beneficiado en este soundtrack que además sirve para pasar el despecho de aquellos que no advirtieron la decepción que se veía en el horizonte.

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