El intérprete alemán-irlandés se convierte una vez más en el mutante de Marvel en la cinta «X-Men: Apocalipsis», que esta semana desembarca en las grandes pantallas de todo el mundo.
En esta entrega, el personaje de Fassbender, de 39 años, disfruta de una vida tranquila con su mujer y su hija en la Polonia profunda, donde esconde sus poderes, hasta que los vecinos descubren sus habilidades para controlar el metal y lo rechazan.
En un momento en el que la comunidad homosexual, bisexual y transexual es perseguida en algunos países, el actor de la oscarizada «12 Years a Slave» sostuvo que le «encantaría que Magneto pudiera ayudar en esa causa» y combatir la discriminación que sufren estos colectivos, dijo el actor en una entrevista en Londres con el corresponsal Rubén Serrano.
Con una impoluta camisa blanca, el actor explicó que «todo lo que la gente relacione de la película sobre su etnicidad, creencias religiosas u orientación sexual» es bienvenido, ya que «todas estas causas son relevantes».
«Lo que siempre me ha interesado de la franquicia de ‘X-Men’ es que habla por todos los que se han sentido marginados o no han sido aceptados dentro de la sociedad», remarcó con un tono tranquilo y amigable el pelirrojo intérprete.
Bryan Singer dirige de nuevo esta producción que aúna al Profesor X, Mística, Lobezno y las versiones jóvenes de Tormenta, Cíclope y Jean Grey, en la que Magneto se une al villano Apocalipsis (Oscar Isaac) en su propósito por destruir la Tierra.
El propio Fassbender se mostró sorprendido del camino que toma su personaje en esta cinta tras afiliarse al séquito del mutante del antiguo Egipto: «Siempre pensé que sería inusual que Magneto siguiera a alguien, porque él siempre se guía por sí mismo».
«Cuando le arrebatan a su mujer y a su hija, Magneto está en punto bajo, no tiene ningún deseo, de repente quiere vengarse de la humanidad y Apocalipsis se aprovecha de esa situación», explicó el actor en un ambiente inundado por las palabras fanatismo y secta.
Al igual que el héroe de capa púrpura y armadura granate, Fassbender evidenció su decepción sobre varios aspectos del mundo actual.
«Me da miedo la mentalidad de exaltados de algunos grupos de personas que atacan a otros colectivos y los utilizan como cabeza de turco. Asusta cuando la gente se comporta así y se hace con el control», subrayó.
Para el actor de «Shame» y «Steve Jobs» otro de los problemas que hay que «arreglar» es la «política y la corrupción», que han «causado la desilusión de los ciudadanos» y se han convertido en algo «endémico» y en «la norma general».
Con una apariencia más seria, el actor se sumó al discurso a favor de una lucha efectiva contra el cambio climático, promovido fervientemente por su compañero Leonardo DiCaprio.
Fassbender mostró su preocupación acerca de «la forma y la velocidad» en la que la humanidad «consume» y del «impacto que tiene en el medio ambiente».
Durante el encuentro, el actor también tuvo tiempo para sacar a relucir su seductora sonrisa y fantasear sobre cuál sería el destino amoroso ideal de Magneto: una vida de retiro en Polonia con su familia o un romance con Mística (Jennifer Lawrence).
Pensativo, echó su espalda para atrás y torció sus finos labios hacia la derecha hasta que estalló en carcajadas: «Probablemente iría a una cita con Mística porque, si la cosa se pone aburrida, se puede transformar en diferentes personas y eso podría ser muy entretenido».
«Pero también me gustó ver a Magneto con su familia», remató rápidamente un sonriente y cercano Fassbender.