Karina: “Cuando uno piensa en la música se vuelve eterno”

Karina no deja de ser noticia. No importa cuántos años hayan pasado desde su “Zapatos de tacón alto”.
Esta vez saca nuevo disco con Universal Music México, Tequila y rosas. Con temas de Rudy la Scala y producido por su esposo Marcello Azevedo, el álbum suena a “Por qué será”, “Mi vida eres tú”, “Volvamos a vivir”, “Si pudiera”, “Será” y “Vuelvo a empezar”.
Sugerente y vintage, Karina se vale del estilo Pin-up para la portada de su producción. En ella mezcla ritmos de la música ranchera con el pop que la ha caracterizado, ese que la subió a los escenarios a mediados de los años ochenta y no la ha bajado desde entonces.
El disco se puede adquirir en digital a través de iTunes, Amazon, Spotify y Apple Music.
La venezolana, que lleva más de dos décadas residenciada en Miami, también ha sido noticia con un proyecto muy femenino: Grandiosas. Inició hace cuatro años y medio en el Auditorio de México en formato de concierto e incluyó a Ednita Nazario, María Conchita Alonso, Manoella Torres, Dulce y Rocio Banquells.
De esa primera experiencia arrancó una gira que no se ha detenido. A veces cambian los elencos, dependiendo de la disponibilidad de las artistas, pero Karina es ficha fija.
Tanto es así que decidió hacer una versión venezolana. Entonces llamó a Kiara, Judy Buendía y Mayré Martínez. En esos conciertos versionan temas que pertenecen a la memoria colectiva como “Caballo viejo”, “El catire” y “Venezuela”.
“Con esto quisimos hacer un viaje feliz por la Venezuela que añoramos, esa que vivimos y que merecemos. Y siempre con un propósito altruista de ayudar a una fundación, en esta oportunidad recolectamos dinero para Luchemos por la Vida. Cada cosa que hago tiene un propósito benéfico”, dice por teléfono desde Miami.
─¿Cómo fue la experiencia de Grandiosas? ¿Qué le dejó ese escenario compartido con tantas divas?
─Queda una retahíla de lecciones desde lo artístico hasta lo humano que son inmemorables, porque somos muchas y hay muchos secretos entre las divas, que deben quedarse así para no caernos del Olimpo y regar la mala onda expansiva de las divas. Ha sido una escuela maravillosa para compartir con gente de trayectoria tan importante. Por supuesto, los compromisos quedan, porque tuvo un rebote internacional y aún hay proyectos por hacer. Vuelvo en septiembre, a petición del público. Creo que cuando las mujeres se juntan es un momento muy poderoso.
─Un espectáculo que apela sobre todo a la nostalgia de viejos sonidos…
─Sonidos de épocas cuando éramos felices y no lo sabíamos. La música entonces era música. Yo pienso que estas artistas cuentan con temas que son clásicos, porque suenan después de 30 años. Demuestran que la canción es lo más importante, es repertorio es lo más importante y cuando uno hace cosas pensando en la eternidad de la música te vuelves eterna y puedes cantar hasta que te mueras.
─¿Es de las que piensa que todo tiempo pasado fue mejor?
─Nada es mejor ni peor, se transforma. Los chicos de hoy tienen otros sonidos. En estos últimos 20 o 10 años el ritmo es diferente; y no solo el de las canciones, sino del desarrollo y evolución. Todo ha sido exponencial. Todo cambia demasiado rápido y no podemos pretender que las cosas se queden detenidas. Pienso que antes había magia y hoy también. Nada es mejor o peor. Yo sigo proponiendo cosas, por eso Tequila y rosas, que ahorita podría parecer muy revolucionario en cuando al concepto clásico de la música.
─¿Cómo configuró Tequila y rosas?
─Mi propuesta es honesta; no puedo pegarme a estilos y cosas que no siento, que no soy. Porque sería desleal conmigo misma. No canto reggaetón, no hago bachata, y eso en este momento es diferente. La mitad del disco es tequila, temas de Rudy La Scalla hechos con fusión ranchera. La otra mitad son temas inéditos de autores que me regalaron sus temas.
─¿Qué quiso exprimir de la ranchera?
─Siempre quise hacer un disco más o menos de ese estilo. Pienso que los temas de Rudy son rancheras de closet y lo que hice fue sacarlas para mí. Además quería cantar cosas de él, tenía años que no lo hacía porque no tenía nada disponible para mí. Pensé en ese concepto de Luis Miguel cuando hizo su disco de boleros, me inspiré en él.
─En lo personal, usted nunca desliga a Venezuela de su verbo. ¿Votó en la consulta popular del domingo 16 de julio?
─Sí, claro. Fui y participé. Hasta canté. Con un cuatro me puse a hacer una mega guachafita. Fue un día que, a pesar de los sucesos catastróficos, terroríficos y trágicos que vive el país, nos llenamos de felicidad. Porque comprobamos que somos una sociedad unida, fuerte. Que seguimos en pie de lucha, cada quien desde su lugar y su posibilidad. Creo que fue un buen día para nosotros y referente para todo el planeta.
─¿Tiene pensado presentarse en el país?
─Ahorita ir a Venezuela está muy difícil, incluso para entrar. Los que hemos sido activistas estamos muy limitados. Tenemos un poco de miedo para salir después. Yo tengo 26 años afuera, tengo a mis hijos aquí, y nos vemos amenazados de quedarnos atrapados. No hay ley ni nada. Así que en este momento no hay planes precisos; en cuanto pueda iré. Siempre estoy pendiente y dispuesta.

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