La ciudad contra el poder, o el despertar de una política ciudadana
Política y ciudad no deberían ser dos temas separados. De antiguo no lo eran. Aristóteles declara en Ética a Nicómaco que el hombre es un animal político, es decir, que vive en una polis, en una ciudad. De hecho, para Aristóteles, el solitario se encuentra en desgracia, pues para el Estagirita, parte de la felicidad se complementa en el quehacer político.