Tito López, director de la Cámara de la Industria Farmacéutica de Venezuela, informó que la producción de medicamentos y otros artículos continúa pero la mayor preocupación es la distribución nacional debido a la escasez de combustible
En los últimos dos años han cerrado alrededor de 400 farmacias en Venezuela, como consecuencia de la situación económica que atraviesa el país y de la escasez de medicinas, afirmó el presidente de la Federación Farmacéutica, Freddy Ceballos.
Recorrer la ciudad entera y hasta municipios foráneos en busca de un medicamento se ha convertido en el reto de muchos tachirenses. En la mayoría de los casos ni pasando de farmacia en farmacia, se logra conseguir la medicina. La opción para algunos es cruzar la frontera donde pueden sorprenderse al pagar en pesos unas medicinas venezolanas.
El presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), Freddy Ceballos, informó que, debido a la escasez de medicamentos, para diciembre de este año cerraran aproximadamente 100 farmacias en el país.
Conseguir medicinas en Venezuela es una tarea casi imposible. Sin embargo, aquellos que los necesitan con urgencia están dispuestos a pagarlos a casi cualquier costo.
Más de 200 farmacias en todo el país dejaron de operar en 2016. El mayor número corresponde a locales ubicados en zonas populares. Las previsiones para este año no son mejores y se estima que se duplique el número de negocios que bajarán la santamaría.El enfermo empeora y de manera acelerada. A la crítica situación debido a una escasez que de acuerdo con el sector supera el 85% y alcanza el total desabastecimiento en algunos rubros, se suma el cierre de farmacias en todo el país por quiebre financiero, una situación que está afectando especialmente a locales ubicados en zonas populares.
Tenía algo más de un año sin ir a esta farmacia, ubicada en el oeste de Caracas, y que forma parte de una red de farmacias sociales. En otros momentos, debido a diversas complicaciones de salud de mi mamá, asistía con bastante frecuencia. Estábamos lejos, entonces, de vivir crudamente el drama que tenemos hoy como sociedad en relación con el acceso a los medicamentos.
Una escasez que supera el 85%, precios regulados y costos operativos que hacen inviable la sostenibilidad económica han obligado al cierre progresivo de locales.Si el sector farmacéutico en general ha sufrido los embates de una crisis económica ya con visos de endémica, las droguerías independientes llevan una carga mucho mayor. De hecho, de acuerdo con datos parciales de la Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefarven), en los últimos meses más de 40 farmacias independientes en varios estados del país se han visto forzadas a cerrar, lo que reduce aun más las posibilidades de los pacientes de lograr hacerse con el medicamento que requieren.
La Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefaven) señaló que 40 farmacias independientes cerraron sus puertas en cinco estados del país desde mediados de 2015.
Unete, Codesa CGT y 72 organizaciones de base del estado Carabobo expresaron su adhesión a la jornada cívica, mientras que Fedecámaras, Conindustria y Consecomercio instan a afiliados a dejar libertad a sus trabajadores para participar en la jornada.
Mientras la ministra de Salud, Luisana Melo, se empeña en afirmar que la escasez de medicamentos es de apenas 15%, desde el gremio farmacéutico y los mismos pacientes se encargan de desmentir a la autoridad. No es un problema de distribución como el gobierno quiere hacer creer, se trata de un tema de escasez de producción y de importaciones, asegura Fefarven. Entre abril de 2015 y junio de 2016, el gobierno inauguró tres sistemas de distribución de medicamentos con el objetivo de garantizar el acceso a los medicamentos. Sin embargo, los profesionales de la industria farmaceútica aseguran que el problema no es de distribución sino de producción y de falta de importación de productos terminados para tratar enfermedades catastróficas, los cuales no se fabrican en el país.
El presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana, Freddy Ceballos, señaló que los establecimientos farmacéuticos están quebrando sin que el Estado ofrezca respuesta a la crisis humanitaria que vive Venezuela.
La Droguería Nena, una de las más grandes del país, es objeto de una fuerte fiscalización administrativa que se ha prolongado por más de una semana. Los trabajadores temen la intervención de la empresa.
Desde hace seis meses la farmacia Tánamo no recibe antihipertensivos ni antibióticos, aunque son los más demandados por los pacientes en medio de una escasez que afecta a ocho de cada diez medicamentos en Venezuela.
Una nueva iniciativa para regular el acceso a los supermercados y farmacias ha surgido desde las alcaldías: la de permitir el ingreso prioritario a los residentes de la zona donde se encuentra el establecimiento comercial.
El superintendente de Precios Justos, Willian Contreras, aclaró que los centros comerciales en los que existan establecimientos de venta de comida y farmacias deben permitir el ingreso del público desde más temprano, sin que esto influya en el cronograma de racionamiento eléctrico.