Ganó la que tenía que ganar: Moonlight
Escribo estas líneas sobre las dos de la mañana, con sentimientos encontrados por el recuerdo que tendremos de aquí en adelante de Moonlight, la cinta que merecía llevarse el Óscar a mejor película.
Escribo estas líneas sobre las dos de la mañana, con sentimientos encontrados por el recuerdo que tendremos de aquí en adelante de Moonlight, la cinta que merecía llevarse el Óscar a mejor película.
El drama bélico de Mel Gibson, que conquistó a La Academia, tiene una factura impecable pero sufre con un guión que privilegia la acción heroica antes que las contradicciones de un personaje real, un objetor de conciencia en el ejército norteamericano.
El Oscar bailarín se resignó a consagrar una película musical donde ni cantan ni bailan tan bien. Solo lo regular y normal para explotar a las figuras de sus dos estrellas. Ambos son expresión de un egocentrismo milenario, culposo, meláncolico, pero políticamente inmóvil.