Las motos de mi vida
Exorcizado el trauma de cuando la cargó Chávez en 1998, desde la distancia Ana Cristina repasa su vida en Caracas y encuentra que una de las cosas que más extraña son sus aventuras recorriendo la ciudad en una Bera
Exorcizado el trauma de cuando la cargó Chávez en 1998, desde la distancia Ana Cristina repasa su vida en Caracas y encuentra que una de las cosas que más extraña son sus aventuras recorriendo la ciudad en una Bera
José Bejarano escogió ser mototaxista hace 15 años cuando se dio cuenta que oficios como la albañilería o trabajar para una empresa no daban los dividendos que él necesitaba para vivir con las comodidades que cualquier ciudadano requiere. Solo alcanzó graduarse del bachillerato, sin embargo, se describió como "trabajador".
A nada tierno remite la figura estereotipada del mototaxi, criatura urbana forzada a la rudeza y al malandreo necesario. Pero de donde menos lo esperas te asalta la sorpresa
Nolberto Contreras tiene 50 años y 10 de ellos los ha pasado trabajando como un moto taxista sobre un vehículo de dos ruedas que le permite ganar más de sueldo mínimo en el país pero que de igual forma no le alcanza para costearse la vida que alguna vez tuvo.