En el compromiso entre Zulia y Caracas no hubo espacio para el desarrollo de la disciplina. Por acuerdo propio entre jugadores, se decidió no darle marcha a las acciones; sin embargo, ante el pitazo inicial, los futbolistas de ambos equipos se quedaron de pie sobre la cancha, sin moverse, durante aproximadamente un minuto.
Después se limitaron a mover la pelota de lado a lado sin atacar a sus rivales e incluso tomaron tiempo para conversar entre ellos. Así pasaron los 90 minutos.
El hecho, motivado a la falta de luz y agua en el estadio Pachencho Romero, casa del cuadro occidental.
Pero la decisión de los protagonistas no pasó por debajo de la mesa.
En el acta del Consejo de Honor correspondiente a la octava jornada y con fecha del 22 de marzo, la Federación Venezolana de Fútbol anunció el inicio de una investigación sobre la dinámica del encuentro, sucesos que calificaron como “hechos irregulares”.
A juicio del organismo, la decisión irrespetó “las condiciones y compromisos competitivos exigidos en las Normas Reguladoras” del torneo, así como el Código de Fair Play de la FIFA. Asimismo, ordenó abrir las averiguaciones correspondientes, a los efectos de determinar las responsabilidades individuales y colectivas pertinentes.
El Consejo de Honor dictó medida preventiva de “suspensión de los efectos del resultado indicado en el acta arbitral del partido” y convocó a los capitanes, entrenadores y delegados de cada equipo, así como al cuerpo arbitral de dicho duelo para declarar sobre la situación.
El del 7 de marzo fue el primero de dos apagones con impacto sobre la mayor parte del territorio nacional, seguido por otro producido el día 25 del mes en curso, causado, según el gobierno de Nicolás Maduro, por un incendio en el patio de transformadores del Guri.