Rafael Amargo fue arrestado en una operación antidrogas. Lo acusaron de participar en una organización criminal. El artista tenía previsto presentar su obra Yerma este fin de semana en Madrid
¿En qué momento un famoso bailarín español decide alternar el arte de la danza con el tráfico de drogas? ¿Qué necesidad le impulsa a moverse, por igual, entre artistas y dealers? Son preguntas que surgen al conocerse el arresto de Rafael Amargo, de 45 años. La detención la hizo, en Madrid, la Policía Nacional durante un operativo «contra una organización criminal dedicada al tráfico de drogas».
Rafael Amargo no es cualquier bailarín. Es de los más conocidos en el ámbito de la danza española. El diario El País lo describe como «uno de los grandes bailarines y coreógrafos españoles». Tampoco estaba en desdicha: este jueves iba a estrenar en el Teatro Latina de Madrid, su pieza Yerma, basada en la obra homónima de Federico García Lorca. No le han faltado aplausos: en 2016 ganó la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, entre muchos otros premios. Y tuvo apoyo para ser lo que quería pues estudió en la cotizada escuela de Martha Graham en Nueva York.
Lo cierto es que este famoso bailarín español, con una carrera aparentemente fulgurante, cayó anoche en la desgracia de las esposas y de las rejas imputado por dos delitos: pertenencia a organización criminal y otro de tráfico de estupefacientes.
Cuando se trata de describirse a él mismo, Amargo dice ser bisexual, no fumar ni beber, aunque «tampoco soy un santo», según el diario La Vanguardia. También se atribuye cinco relaciones afectivas importantes, tres con mujeres y dos con hombres. Sin embargo, también ha manifestado comentarios despectivos contra los «maricones» como los llama.
Aunque la investigación se encuentra en etapa sumarial, es decir, bajo reserva, se han filtrado detalles. El portal informativo The Objective añade que, junto con Rafael Amargo, fueron detenidas tres personas más en un operativo que continúa abierto. El país añade que una de esas personas sería pareja del bailarín.
Por los momentos, Amargo permanece en los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional de Centro, en la calle Leganitos de Madrid.
