Tras la polémica del pasado año, cuando el alcalde Bill de Blasio decidió boicotear la cita por la tradicional discriminación del colectivo homosexual, los organizadores cedieron finalmente a la presión.
Así, este año autorizaron a un grupo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT), una agrupación de trabajadores de la cadena de televisión que retransmite el evento, a marchar con sus propios distintivos.
Esa apertura, sin embargo, no ha contentado a los críticos, que siguen considerando inaceptable que solo haya un grupo gay en un desfile en el que participan cientos de agrupaciones.
Entre los descontentos se cuenta De Blasio, que por segundo año consecutivo decidió no participar en la histórica celebración.
«Mucha gente cree, y creo que con razón, que el cambio es demasiado pequeño para merecer la participación de aquellos que hemos querido ver un desfile inclusivo», dijo el alcalde este mes cuando anunció su decisión.
De Blasio sí marchó hace una semanas en el conocido como «St. Pat’s for All», un desfile alternativo que se celebra en Queens y que permite la participación de cualquier tipo de colectivo.
Hoy, el político demócrata se reunió antes del desfile con líderes irlandeses de la ciudad y participó en una misa en la catedral de San Patricio, pero no en el desfile.
El alcalde y la comunidad irlandesa de la Gran Manzana mantienen relaciones tensas, entre otros asuntos, por la iniciativa del Ayuntamiento para prohibir los coches de caballos en Central Park, muchos de los cuales son conducidos por inmigrantes llegados de la isla.
Pese a la histórica participación de un grupo LGBT en el desfile de hoy, otros como Irish Queers protagonizaron protestas en los márgenes de la cabalgata tras ver denegado el permiso a participar.
Para esta organización, la decisión de permitir marchar a la agrupación gay de la NBC es simplemente «otra manera de mantener excluidos» a los grupos homosexuales irlandeses.
«Los organizadores del desfile han defendido su derecho a discriminarnos porque lo celebran como una procesión católica, pero incluso el cardenal lo llama ‘una celebración de todo lo irlandés'», señaló Irish Queers en un comunicado.
Sin embargo, la decisión de dejar desfilar a un grupo gay llevó a varias grandes empresas a volver a patrocinar el evento tras no hacerlo el año pasado por la polémica.
La cabalgata neoyorquina data de 1762, por lo que antecede incluso a la independencia de Estados Unidos, y sirve como recordatorio de la fuerte influencia que la inmigración irlandesa tuvo en la evolución de la Gran Manzana.
Con el paso del tiempo, sin embargo, los irlandeses han ido perdiendo presencia en la ciudad y se han visto muy superados por otras comunidades inmigrantes.
Fotos: EFE