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Palacio de Justicia de Milán recuerda a las víctimas del tiroteo

Las duras críticas vertidas en las últimas horas hacia el sistema de seguridad del Tribunal han arreciado y muchos son quienes cuestionan la eficacia de los métodos empleados en la actualidad en este tipo de sedes.

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Foto: EFE

La actividad en el Palacio de Justicia de Milán, en el norte de Italia, se detuvo este viernes momentáneamente para conmemorar a las víctimas mortales del tiroteo perpetrado ayer por Claudio Giardiello, un imputado por bancarrota fraudulenta.

En el acto, organizado por los abogados milaneses en el aula Magna del Tribunal, participó Alberta Brambilla, la madre de uno de los asesinados, el letrado Lorenzo Claris, de 37 años, a quien recordó entre lágrimas.

Aseguró que Lorenzo murió porque «no fue una marioneta en manos de su cliente», y aludió así al hecho de que el joven letrado había renunciado a la defensa de Giadiello durante el proceso.

También tomó la palabra el presidente de la Asociación Nacional de Magistrados, Rodolfo Sabelli, quien aseguró que el triple homicidio alberga «un valor simbólico» ya que «la Justicia es objeto de demasiadas tensiones y de mucha rabia».

Giardiello, empresario inmobiliario de 57 años e imputado en un caso de bancarrota fraudulenta, accedió ayer armado con una pistola al Palacio de Justicia milanés para asistir a una de las audiencias del proceso en su contra.

Al comienzo de la misma disparó contra los presentes e hirió mortalmente a dos personas, y posteriormente acudió al despacho de un magistrado para acabar con su vida del mismo modo.

Las tres víctimas mortales son el abogado Claris, el magistrado experto en quiebras empresariales Fernando Ciampi, de 71 años, y otro de los imputados en el proceso, Giorgio Erba, de 59.

Tras la masacre, permaneció escondido en el interior edificio durante una hora para escapar después a bordo de una motocicleta, en la que poco tiempo después fue detenido y arrestado por las fuerzas del orden a una treintena de kilómetros de Milán.

Los investigadores sostienen que se dirigía hacia otra ciudad próxima con el objetivo de asesinar a uno de sus socios en el entramado empresarial del que formaba parte.

Tras su arresto sufrió un desfallecimiento por el que tuvo que ser hospitalizado pero, tras su recuperación, regresó a la comisaría lombarda, donde permanece recluido a la espera de ser interrogado, algo que previsiblemente se producirá el lunes.

Lo único que se limitó a decir tras su detención, según informa la prensa italiana, es que su intención era vengarse de quienes le habían arruinado y las mismas fuentes señalan que por el momento se niega a responder a las preguntas de las autoridades.

Por otro lado, las duras críticas vertidas en las últimas horas hacia el sistema de seguridad del Tribunal han arreciado y muchos son quienes cuestionan la eficacia de los métodos empleados en la actualidad en este tipo de sedes.

«¿Cómo pudo entrar armado en el Tribunal?», es la pregunta que se hacen todos los medios de comunicación que, al mismo tiempo, cuestionan la seguridad y el orden público en ciudades italianas como Milán, que albergará la Exposición Universal a partir de mayo.

Muchas de las criticas van dirigidas a la gestión privada de la seguridad en edificios institucionales.

El rotativo «Il Corriere della Sera» informó hoy de que el número de agentes y guardias jurado se había visto notablemente reducido y que la compañía que gestionaba la seguridad del Tribunal milanés se ocupará de velar por la Expo integrada en un consorcio.

El día después de la tragedia las autoridades han decidido reforzar las medidas de seguridad en el Palacio de Justicia de Milán, ante cuyas puertas hacían hoy fila decenas de personas para pasar los controles de seguridad del edificio.

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