La Oficina de control de activos extranjeros del Departamento del Tesoro “emitió ciertas licencias específicas para servicios de ferry con pasajeros”, indicó a la AFP una portavoz de ese instancia, Hagar Chemali.
Dos empresas navieras en Florida (sureste de EEUU), cuyas costas están a 150 km de Cuba, confirmaron haber recibido la luz verde del Tesoro, aunque señalaron que aún deben conseguir permisos adicionales, además del de La Habana.
Estos servicios se unirán a los de compañías de vuelos fletados, que son los únicos que actualmente realizan el viaje de Estados Unidos a la isla de régimen comunista. Los servicios de transbordadores entre ambos países fueron suspendidos en la década de 1950, cuando eran muy populares.
Desde que en diciembre pasado los gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro hicieron el histórico anuncio de que comenzarían un proceso de acercamiento y buscarían restablecer relaciones diplomáticas luego de medio siglo de enemistad, Washington ha tomado medidas para facilitar los intercambios con la isla.
En medio del enorme interés en visitar Cuba que se generó luego del anuncio y de que el gobierno estadounidense relajara en enero restricciones para que sus ciudadanos hicieran los viajes, varias navieras habían anunciado la solicitud de las licencias.
– Servicio con condiciones –
Según las directrices divulgadas este martes por el Tesoro, los pasajeros que aborden los barcos cuando empiecen a realizar el cruce deben entrar dentro de las doce categorías bajo las cuales se les permite a los estadounidenses viajar a Cuba, entre ellas visitas familiares o con fines académicos, culturales, deportivos o religiosos.
De Cuba a Estados Unidos podrían ir los cubanos o ciudadanos de terceros países que tengan visa estadounidense, indicó el Tesoro.
Bajo el embargo vigente desde 1962, los estadounidenses siguen teniendo prohibido el turismo en Cuba.
Tanto el Tesoro como las navieras reconocieron que las empresas deben conseguir permisos de otras agencias estadounidenses, como el Departamento de Seguridad Interna y la guardia costera, y del gobierno cubano para iniciar el servicio de ferry, por lo que no se concretará hasta dentro de unos meses.
“La acción de hoy fue un gran paso hacia adelante”, dijo no obstante a la AFP Joseph Hinson, presidente de United Americas Shipping Services, con sede en Miami, una de las empresas que recibió la licencia.
“Esperamos que si las cosas continúan avanzando podamos estar en condiciones de iniciar el servicio en septiembre u octubre, dependiendo de los otros requisitos que nos soliciten”, dijo Hinson.
Otra empresa, Havana Ferry Partners LLC, anunció en su página de Facebook que recibió aprobación “tanto del Departamento del Tesoro como del Comercio para operar nuestro ferry de pasajeros y carga de cuatro puertos de Florida a la Habana, Cuba”. “Es un evento histórico”, escribió.
Los estadounidenses que vuelvan en barco están autorizadas a traer consigo lo mismo que los que viajan por avión: 400 dólares en productos cubanos, 100 de ellos en bebidas alcohólicas o productos de tabaco, según el Tesoro.
– Señales de distensión –
En coincidencia con el anuncio del servicio de ferry, la aerolínea JetBlue informó que comenzará un servicio de vuelos chárter entre Nueva York y La Habana.
Recientemente otras empresas empezaron a ofrecer servicios desde Nueva Orleans y Orlando, aunque la mayoría de los vuelos fletados parten de Miami, Florida, ciudad que aloja a la mitad de los dos millones de cubanos residentes en Estados Unidos.
En una señal más de la distensión entre ambos países, más de un centenar de agentes de viajes y operadores turísticos de Estados Unidos asistieron por primera vez a la Feria Internacional del Turismo de Cuba, que abrió este martes en Cayo Coco, 600 km al este de La Habana.
Mientras, los antiguos enemigos dan nuevos pasos hacia la reapertura de relaciones diplomáticas: tras sostener una reunión con Raúl Castro en la Cumbre de las Américas de abril en Panamá, Obama anunció su respaldo al retiro de Cuba de la lista norteamericana de países promotores del terrorismo, uno de los últimos obstáculos que aún quedan.