Terroristas del Estado Islámico torturaron y crucificaron a un niño cristiano de 12 años en un pueblo cerca de Alepo (Siria), en un intento para que el resto de la población se convierta al islam, según ha informado la organización humanitaria Christian Aid Mission.
Otros 11 trabajadores cristianos también fueron crucificados al negarse a la conversión. Los asesinatos ocurrieron el 28 de agosto, pero hace pocos días se conoció el hecho.
El padre del niño era hijo de un ministro cristiano que había fundado nueve iglesias en Siria. «Frente al líder religioso y los familiares del niño, los extremistas islámicos le cortaron las puntas de los dedos al niño y lo golpearon severamente, diciéndole a su padre que dejarían de torturarlo solo si se convertía al islam», reporta la ONG. El hombre se negó y también fue golpeado y crucificado.
El grupo terrorista se atribuyó la responsabilidad en el atentado en Moscú que hasta ahora suma 133 muertos. El presidente ruso, sin embargo, prefiere apuntar a Ucrania
El hecho ocurrió en 2019, pero la policía no había logrado avanzar en la investigación hasta que el cadáver de la víctima fue identificado en enero de este año, lo que dio lugar a una nueva investigación y a la detención de los sospechosos
"Soldados del califato lograron colocar una bolsa con explosivos", anunció el Estado Islámico en Telegram. La detonaron dentro de la mezquita cuando estaba llena de personas
