La colorida celebración reunió a una multitud en la histórica Plaza de Mayo de la capital argentina donde carrozas desfilaron con leyendas «por más derechos y menos discriminación» en este país pionero en la región con leyes como la del matrimonio igualitario (2010) y de identidad de género (2012).
«Estamos agradecidos hacia el gobierno de Cristina Kirchner por todo lo que hizo por nosotros frente a lo que es el PRO (Propuesta Republicana, el partido que lidera Macri) que votó en contra de todas nuestras leyes», dijo a la AFP César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
Scioli, apoyado por la peronista de centro izquierda Cristina Kirchner, es el gobernador saliente de la provincia de Buenos Aires que acaba de aprobar una ley de cupo laboral para travestis en la administración pública provincial.
En la primera vuelta el 25 de octubre Scioli fue el más votado con 36,8%, seguido por Macri que obtuvo 34,3% contra todos los sondeos que lo daban casi ocho puntos por detrás.
«Para nuestra comunidad son muy inquietantes esos resultados porque tienen consecuencias directas hacia nuestra comunidad. Es impensable que alguien de nuestra comunidad apoye a Macri porque se ha expresado muchas veces contra la diversidad», sostuvo Cigliutti.
Desde los altavoces uno de los anuales abucheos públicos fue para el alcalde.
«Estamos en alerta, si gana el balotaje seguiremos luchando como lo hemos hecho en otras épocas difíciles, no vamos a retroceder ni un milímetro en lo que hemos conseguido», afirmó el dirigente.
-Politizada-
A diferencia de otros años cuando el desfile matizaba reclamos con desenfreno y nudismo, en esta ocasión la Marcha tuvo menos desenfado pero una fuerte impronta política con representación partidaria.
Agrupaciones juveniles del oficialista Frente para la Victoria repartieron volantes donde un montaje fotográfico muestra a Scioli besándose en los labios con su compañero de fórmula Carlos Zanini bajo la consigna «para que reine el amor».
«Me aturde este año la marcha con tanto mensaje político, no voté y no voy a votar a estos políticos que nos siguen matando», dijo Daniela Pirotti, de 22 años que lleva escrito en su pecho «Puta y libre».
Daniela lleva un cartel con la fotografía de Diana Sacayán, travesti y líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales asesinada el mes pasado en Buenos Aires en su casa en circunstancias bajo investigación.
Su nombre fue coreado muchas veces a lo largo del kilómetro que recorrió la marcha para unir la Plaza de Mayo con el Congreso de la Nación al canto de «señor, señora no sea indiferente/se mata a los travestis en la cara de la gente».
En paredes, bancos y pasacalles pequeños letreros citaban frases de Macri.
«‘La homosexualidad es una enfermedad, no es una persona ciento por ciento sana’, 2005, Mauricio Macri, ¿lo vas a votar?», rezaba uno de los letreros al citar un reportaje que Macri concedió al diario Página12.
Frente a una de las carrozas, un falso Papa Francisco avanza sonriendo tomando del brazo a su derecha a un falso Macri y a su izquierda a un falso Scioli, para recordar la cercanía a la Iglesia Católica de ambos candidatos.
En uno de los puestos de la extensa feria montada en la Plaza de Mayo la organización Gay Católica también tuvo su lugar bajo la consigna «Dios nos ama tal cual somos».
Al igual que Macri el Papa Francisco también fue abucheado desde el escenario donde se leyó un manifiesto que arengó, entre otros reclamos por la aprobación de una ley antidiscrimatoria, la separación de la Iglesia y el Estado, el derecho al aborto y el acceso al sistema de salud, el trabajo y la vivienda para las personas trans.