Varios funcionarios cubanos y estadounidenses se reunieron en el Departamento de Estado en la primera cita de este diálogo, uno de los muchos que se han abierto a raíz del restablecimiento de relaciones diplomáticas.
«La conversación se centró en un abanico de áreas de cooperación, incluido el combate al terrorismo, al narcotráfico, al crimen trasnacional, al crimen cibernético, la seguridad en los viajes y el comercio, y los fugitivos», explicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Según un comunicado de la embajada de Cuba en Washington, ambos países «coincidieron en la importancia de avanzar en la cooperación» en los temas citados por el Departamento de Estado, además del «tráfico y trata de personas, el lavado de dinero» y el contrabando.
«Asimismo, abordaron otros temas, incluyendo el de los prófugos de la justicia cubana y estadounidense», añadió la embajada.
Estados Unidos incluyó durante más de tres décadas a Cuba en su lista de Estados patrocinadores del terrorismo en parte por considerar que daba refugio a fugitivos buscados por la Justicia estadounidense, además de a miembros del grupo terrorista vasco ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En abril, el Gobierno estadounidense retiró a Cuba de esa lista de Estados patrocinadores del terrorismo, pero no cesó en su reclamo de extradición de los fugitivos.
La prófuga de mayor perfil que reclama EE.UU. es Joanne Chesimard, también conocida como Assata Shakur, que está en la lista de los terroristas más buscados por el FBI por asesinar a un agente estatal en Nueva Jersey en 1973.
Otro de los fugitivos es William «Guillermo» Morales, un independentista puertorriqueño sentenciado a diez años de cárcel en 1979 por fabricar bombas y quien logró huir a México y más tarde a Cuba, según el FBI.
Aunque la embajada cubana en Washington no dio detalles sobre los prófugos de los que habló en la reunión, el Gobierno de la isla acusa de terrorismo al exagente de la CIA Luis Posada Carriles, un cubano-venezolano que vive supuestamente en Florida.
Según Cuba, Posada Carriles organizó una oleada de atentados en La Habana en 1997 y la voladura de un avión comercial cubano en 1976, que causó la muerte de 73 personas.
Para Ted Piccone, experto en Cuba en el centro de estudios Brookings, es «improbable» que haya «avances a corto plazo en la extradición de fugitivos», un tema «políticamente sensible».
«Pero hay otros casos criminales menos delicados en los dos lados que podrían generar confianza y cooperación para futuros intercambios. En cualquier caso, tendrá que ser algo recíproco», afirmó hoy Piccone.
Michael Shifter, que preside el centro de estudios Diálogo Interamericano, también cree que sería «sorprendente si los cubanos respondieran positivamente a las peticiones de extraditar a fugitivos estadounidenses que viven en Cuba».
«Esta cuestión es más política que legal. Los cubanos no cederán ante una presión legal. Solo actuarán si piensan que será ventajoso políticamente», algo que llevará «un tiempo», dijo Shifter a Efe.
Pese al problema de los fugitivos, los dos expertos creen que hay buenas perspectivas en las conversaciones sobre justicia, un área donde ya hay una «base sólida» de cooperación, según Shifter.
«La Habana lleva años siendo uno de los principales aliados de Washington en el Caribe, ayudando a coordinar operaciones contra los narcóticos y respaldando las políticas antidrogas de EE.UU.. Es probable que EE.UU. busque más asistencia de Cuba en sus próximas operaciones» contra el narcotráfico en el Caribe, opinó Shifter.
Según Piccone, los dos países comparten además «la preocupación de que un mayor flujo de gente, dinero y bienes» entre sus territorios pueda «atraer a usureros ilegales y redes criminales».
«Por eso, es probable y factible que haya una cooperación más seria entre las agencias de justicia y seguridad, a partir de los contactos que ya existen entre la Guardia Costera de EE.UU. y la patrulla fronteriza cubana», sostuvo.
Las delegaciones acordaron hoy dar continuidad al diálogo y concretar encuentros técnicos entre las agencias de ambos países durante la primera mitad de 2016.
La delegación estadounidense la encabezaron el subsecretario adjunto de Estado de EE.UU. para Suramérica y Cuba, Alex Lee, y el subsecretario adjunto de Justicia Bruce Swartz; mientras que la cubana la copresidieron el viceasesor de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, Abel E. González Santamaría, y el funcionario de la Cancillería cubana Yuri Gala López.