En un comunicado, Berri aseguró que Turquía derribó el cazabombardero ruso después de que violara el espacio aéreo turco y tras lanzar varias advertencias sin obtener respuesta.
Antes de que se produjera este suceso, el aparato ruso había bombardeado la localidad de Yisr al Shugur, en la provincia septentrional siria de Idleb.
La cadena turca CNNTürk había señalado anteriormente que uno de los dos pilotos del cazabombardero Su-24 del Ejército ruso abatido por la fuerza aérea turca había fallecido, mientras que el otro estaba en manos de milicianos turcomanos de Siria contrarios al régimen del presidente Bachar al Asad.
Sin embargo, poco después la misma cadena citó a un mando militar turcomano que lucha en la región siria en la que se estrelló el cazabombardero ruso derribado afirmando que habían matado a los dos pilotos cuando descendían en paracaídas.
«Disparamos contra los dos pilotos cuando bajaban en paracaídas», aseguró el subcomandante Alpaslan Celik, citado por CNNTürk.
Por otro lado, un miembro de la Coalición Nacional Siria (CNFROS), Shalal Kiddo, opinó que este incidente tendrá «repercusiones peligrosas en el proceso político» para encontrar una solución al conflicto en el país árabe y en las reuniones de Viena, donde se han celebrado dos encuentras a tal fin.
Kiddo destacó que se esperaba que algo así ocurriera porque el espacio aéreo sirio está muy concurrido con aviones de distintos Estados con objetivos diferentes.
La CNFROS es la principal alianza política de la oposición siria y está respaldada por Turquía; mientras que Rusia es uno de los principales aliados del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.
Actualmente, aviones del Ejército nacional sirio y de Rusia bombardean blancos del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y de otras organizaciones armadas en el territorio sirio.
Además, aviones de la coalición internacional contra el EI liderada por EEUU también efectúan ataques aéreos en Siria contra las posiciones de los yihadistas.
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