La decisión se produce tras la polémica surgida ante el próximo crucero inaugural de la compañía estadounidense Carnival y las restricciones de la legislación cubana para la entrada de cubanoestadounidenses por vía marítima.
En el comunicado oficial divulgado este viernes, el Gobierno del país caribeño afirma que autorizará «la entrada y salida de ciudadanos cubanos, con independencia de su condición migratoria, en calidad de pasajeros y tripulantes» de buques mercantes y cruceros.
Además, la isla anunció que permitirá «de forma gradual y una vez creadas las condiciones», la entrada y salida de los cubanos como pasajeros y tripulación de yates, medida cuya puesta en práctica «será anunciada oportunamente».
Para viajar en embarcaciones, «los ciudadanos cubanos que residen en el territorio nacional tendrán que disponer del visado del país o países a visitar», reitera la nota.
El Gobierno cubano indica que la nueva medida se corresponde con la «continuidad» del «proceso de estudio de las normas migratorias» de la isla, política «actualizada» por Cuba en enero de 2013.
La isla recuerda que «en el contexto actual de las relaciones con los Estados Unidos» -con el que han restablecido vínculos tras más de 50 años de enemistad-, ambos países han intercambiado sobre «la aplicación y cumplimiento de la ley, el terrorismo, la seguridad de la navegación marítima y el tráfico de personas».
La autoridades de las dos naciones también han conversado acerca de «los viajes y el comercio», entre otros temas relacionados con la seguridad nacional de Cuba y EE.UU, «con el objetivo de promover la cooperación bilateral de beneficio mutuo».
Para el país caribeño «será importante avanzar en la concertación y funcionamiento de mecanismos de cooperación bilateral en estas esferas para prevenir y enfrentar la realización de acciones terroristas contra Cuba», señala el texto.
Estas agresiones fueron, según la posición oficial, «las que dieron origen a la regulación que estableció que los ciudadanos cubanos residentes en el exterior debían entrar a nuestro país por vía aérea, adoptada por la necesidad de prevenir la utilización de embarcaciones para la realización de estos actos».
«Contrasta con estas medidas la persistencia de la prohibición a los ciudadanos estadounidenses a viajar libremente a Cuba», concluye la nota oficial.
El pasado 22 de marzo, la compañía estadounidense de cruceros Carnival firmó contratos con empresas cubanas para iniciar operaciones entre los EE.UU. y Cuba a partir del 1 de mayo, en el crucero de lujo «Adonia», con capacidad para 704 pasajeros y con un trayecto cada dos semanas.
Sin embargo, una polémica se suscitó a inicios de abril cuando dos viajeros cubanoestadounidenses demandaron a Carnival por discriminación en un tribunal federal de Florida, al no poder reservar billetes en el viaje inaugural por la prohibición de entrada por mar que la isla aplicaba a sus ciudadanos.
La empresa norteamericana respondió el pasado 18 de abril con un comunicado en el que aseguraba que permitiría reservar billetes en sus navíos a todos los viajeros, sin distinción de nacionalidad, aunque precisó que si Cuba no autorizaba el embarque de cubanoestadounidenses, se retrasaría el comienzo de los viajes.]]>