Dron estadounidense aniquila al "número dos" de Al Qaeda en Siria
La organización yihadista Al Qaida confirmó este jueves que su 'número dos', Abu Jair al Masri, murió en un bombardeo de la coalición liderada por Estados Unidos en Siria.
La organización yihadista Al Qaida confirmó este jueves que su 'número dos', Abu Jair al Masri, murió en un bombardeo de la coalición liderada por Estados Unidos en Siria.
Dos filiales de la organización, una de ellas la poderosa Al Qaida en la Península Arábica (AQAP) confirmaron que Al Masri murió «durante el ataque de un dron de los cruzados» en Siria y calificó al líder militar de «héroe».
«Toda Al Sham (Siria) es testigo del último crimen de América y de la alianza de los cruzados» añadió el comunicado.
El texto transmitió igualmente el pésame al actual líder de Al Qaida, Ayman al Zawahiri.
Al Masri, de 59 años, era el yerno de Osama bin Laden, fundador de Al Qaida, y su desaparición supone un duro golpe para la red extremista, y un éxito para el recién iniciado gobierno del presidente Donald Trump.
Nacido en Egipto, Al Masri era una de las personalidades más importantes vinculada a la organización antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, de acuerdo con el grupo Soufan, una consultora privada de seguridad e inteligencia.
Un alto responsable estadounidense había informado esta semana que su gobierno intentaba confirmar la muerte de Al Masri.
Washington ha retomado con fuerza la campaña de ataques con aviones no tripulados del anterior gobierno demócrata de Barack Obama.
Este jueves confirmó una veintena de ataques contra Al Qaida en Yemen, y a principios de febrero aseguró que había matado a unos 11 activistas de la organización en Siria.
«Más de 20 ataques tuvieron como objetivo a combatientes de Al Qaida en la península arábiga (Aqpa), contra equipos e infraestructuras», en Yemen, precisó el portavoz del departamento de Defensa estadounidense, Jeff Davis en un comunicado. En los ataques murieron al menos 12 presuntos miembros de Al Qaida, según fuentes locales.
Al Masri, también conocido como Abdulá Muhammad Rajab Abdulrahmán, se unió a Al Zawahiri en la década de 1980 cuando éste pertenecía al grupo Yihad Islámica Egipcia, antes de que ambos se asociaran a Bin Laden en los 90.
La inteligencia estadounidense cree que participó en los atentados de 1998 contra las embajadas de Kenia y Tanzania.
En 2003 fue detenido en Irán con otros miembros de Al Qaida. Las autoridades lo intercambiaron en 2015 para lograr la liberación de un diplomático iraní capturado por la rama de Al Qaida en Yemen.
Su presencia en el noroeste de Siria puso de relieve la importancia que tiene el país en la estrategia de la organización extremista, apuntan los analistas.
Charles Lister del Middle East Institute calificó a Al Masri de una figura «monárquica del yihadismo», miembro de la shura o consejo supremo de Al Qaida.
Su muerte «provocará con toda certeza algún tipo de respuesta, ya sea en Siria o en algún otro lugar del mundo» advirtió.