En el sumario se investiga a alrededor de 40 implicados o «sumariados» y, entre otros aspectos, pretende determinar por qué desde la Armada no se dio la información «en tiempo y forma» al presidente, que es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, así como al ministro de Defensa, Oscar Aguad, desde el 15 de noviembre, cuando se perdió la comunicación con el submarino.
Además, se busca saber desde cuándo estaba en conocimiento de la Armada la «notificación o hipótesis de la explosión» registrada en la zona del Atlántico donde fue reportado por última vez el submarino, el miércoles de la semana pasada, y que se dio a conocer a los familiares y a la prensa ayer.
Por otro lado, la investigación pretende determinar por qué no se dejó constancia al poder político de la existencia de la avería eléctrica en las baterías del barco de la que había dado cuenta el comandante de la nave el mismo día de su desaparición, así como si fue correcta la decisión de que continuara navegando hacia el que iba a ser su destino, la ciudad bonaerense de Mar del Plata.
Por todas estas razones, y aunque el foco principal es «que se encuentre el submarino», para lo que hay desplegado un intenso operativo de búsqueda con la ayuda de 13 países, el presidente ya ha decidido descabezar a toda la cúpula de la Armada, algo que se hará efectivo una vez se halle la nave y se conozca el desenlace.
«Ya se están buscando candidatos», dijeron las fuentes, para sustituir a los altos mandos.
El 15 de noviembre, el submarino, que viajaba desde el puerto austral de Ushuaia a su base, en Mar del Plata, se comunicó por última vez con su base y reportó su última posición conocida, en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa argentina.
Este jueves, la Armada confirmó la «explosión» que se detectó ese mismo día cerca de esa zona, aunque no confirmó si está relacionada con el submarino y se pronunció sobre el estado en el que pueden estar los tripulantes, al no haberse encontrado todavía el aparato.
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