«Saben que me prendieron con mentiras. Ellos están nerviosos por su conciencia culpada», aseguró el exmandatario en alusión a una supuesta conjura política-judicial que busca mantenerle en la cárcel y evitar su candidatura para las elecciones del próximo octubre.
Lula, quien cumple una condena de 12 años y 1 mes por corrupción pasiva y lavado de dinero, volvió a aludir al «pavor» que, en su opinión, tienen los «poderosos» de «escuchar la opinión de los brasileños en elecciones libres».
«¡Es el pueblo brasileño el que necesita recuperar su libertad democrática!», exclamó el antiguo sindicalista en su misiva desde la celda de la sede la Policía Federal en la sureña ciudad de Curitiba, en la que cumple su pena desde el 7 de abril.
Lula continúa decidido a presentarse a los comicios del próximo 7 de octubre, a pesar de que su candidatura, ya lanzada por el Partido de los Trabajadores (PT), está virtualmente anulada.
La ley electoral de Brasil prohíbe expresamente que condenados en segunda instancia, como es su caso, se postulen a cualquier cargo electivo, si bien no estará oficialmente inhabilitado hasta que el Tribunal Superior Electoral se pronuncie sobre el caso, algo que solo ocurrirá a partir del próximo 15 de agosto.
Hasta ese día, el PT, que Lula fundó en 1980 y lidera desde entonces, ha convocado una serie de manifestaciones y actos en las principales ciudades del país para defender su inocencia y su candidatura.
La posible libertad del exjefe de Estado (2003-2010) fue motivo el domingo pasado de un duro conflicto judicial entre jueces que se prolongó durante cerca de diez horas.
El juez de guardia del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4, segunda instancia), Rogério Favreto, concedió un «habeas corpus» a Lula y determinó su «inmediata» liberación.
Esa decisión fue cuestionada por el juez Sergio Moro, quien condenó a Lula en primera instancia, y revocada por el instructor de la causa en la corte de segunda instancia, Joao Gebran Neto. Sin embargo, Favreto insistió nuevamente con el excarcelamiento, que negó entonces el presidente del TRF4, Carlos Thompson Flores.
La tentativa de liberar a Lula por parte de Favreto fue criticada días después por la presidenta del Superior Tribunal de Justicia (STJ, tercera instancia) de Brasil, Laurita Vaz, quien rechazó en bloque 143 pedidos que demandaban la excarcelación del exgobernante.
Aun así, el PT recobró un halo de esperanza después de que el exjefe de Estado fuera absuelto en la víspera en una de las siete causas penales que enfrenta en la Justicia, la mayoría por sospechas de corrupción.]]>