El ministerio chino de Relaciones Exteriores no respondió a las peticiones de información de la AFP.
Meng Hongwei es investigado en China y se lo habrían «llevado» para interrogarlo «tan pronto como aterrizó» en su país la semana pasada por motivos que aún no están claros, afirmaba el viernes el diario hongkonés en inglés South China Morning Post, citando a una fuente anónima.
El viernes se abrió en Francia –donde se encuentra la sede de la Interpol, concretamente en la ciudad de Lyon– una investigación por desaparición. El gobierno francés dijo que está «preocupado» por las amenazas recibidas por la esposa de Meng, de 64 años.
«Las autoridades de China, que fueron interrogadas por la oficina de Interpol en Pekín, no aportaron precisiones de momento», añadió el ministerio francés del Interior. «Los intercambios con las autoridades chinas continúan».
La esposa de Meng informó el jueves por la noche a la policía de Lyon, donde residen, de la «preocupante» desaparición de su marido, del que decía no tener noticias desde el 25 de septiembre.
Unos días antes había llegado a China en avión desde Estocolmo, según fuentes concordantes.
Por su parte, Interpol –organización que permite facilitar la cooperación entre las policías de 192 países– se limitó a decir que este asunto «depende de las autoridades en Francia y China» y señaló que quien realmente maneja la dirección de la institución a diario es el alemán Jürgen Stock.
Esta es la última desaparición hasta la fecha de un alto responsable en China, donde varios dirigentes gubernamentales, magnates e incluso una estrella estuvieron desaparecidos durante semanas, o incluso meses.
Cada vez hay más interrogantes sobre si Meng, quien fue electo en 2016 a la cabeza de Interpol, habría sido víctima de la campaña anticorrupción lanzada por el presidente Xi Jinping después de su llegada al poder, en 2012.
1,5 millones de responsables investigados
Según cifras oficiales, 1,5 millones de responsables ya fueron investigados en el marco de esta campaña, de la que se sospecha que también sirve para perseguir a los opositores.
En marzo, China creó un órgano extrajudicial, la Comisión Nacional de Supervisión (CNS), con la que ampliar la caza a los corruptos a toda la función pública. A los defensores de los derechos humanos les preocupa que sea una especie de fachada legal para una represión que llevó a detenciones secretas y acusaciones de tortura.
La CNS tiene autorización para interrogar a los sospechosos durante seis meses.
Las razones de una posible investigación a Meng no están claras. El responsable escaló posiciones en el aparato de seguridad del país cuando este estaba dirigido por Zhou Yongkang, un rival del presidente Xi que actualmente purga una pena de cadena perpetua.
Zhou, condenado en junio de 2015 por corrupción, abuso de poder y divulgación de «secretos de Estado», es la personalidad de mayor rango del régimen chino víctima de la campaña anticorrupción.
Nombró a Meng Hongwei viceministro de Seguridad Pública en 2004, un puesto que tiene a cargo numerosos casos sensibles, como la lucha antiterrorismo.
La elección de Meng a la presidencia de Interpol provocó temores entre los disidentes de que Pekín utilizaría la organización para perseguir a los opositores refugiados en el extranjero.
Pero Interpol intentó calmar las preocupaciones recordando que el artículo 3 de su estatuto estipula que «está rigurosamente prohibida a la organización toda actividad o intervención en cuestiones o asuntos de carácter político, militar, religioso o racial».