Tres días después del voraz incendio, presuntamente accidental, que derribó la aguja y parte del techo de la famosa catedral parisina, decenas de bomberos y expertos seguían movilizados el jueves para vigilar la estabilidad de la estructura y consolidar algunos puntos vulnerables.
Se han identificado «tres puntos mayores de fragilidad» en la catedral, en los cuales se está trabajando, afirmó el jueves el ministro francés de Cultura, Franck Riester, en una entrevista con la cadena BFMTV.
El hastial del transepto (nave transversal) norte, donde están los majestuosos rosetones de la catedral, y el hastial occidental, entre los dos campanario, preocupan particularmente a los especialistas, que trabajaron durante toda la noche del miércoles para apuntalar estas zonas frágiles.
¿Cinco años?
Y el tiempo apremia. El presidente Emmanuel Macron quiere que la catedral vuelva a abrir sus puertas en cinco años, un plazo que algunos consideran «irrealista».
Para Denis Dessus, presidente de la Orden de Arquitectos de Francia, «partir del principio que hay que reconstruir rápido un monumento casi milenario es un error. Es importante no reducir el tiempo de los estudios que determinan la pertinencia de las obras».
El plan de reconstrucción ha despertado también un debate sobre si se va a respetar fielmente la construcción original de Notre Dame. ¿Hay que mantener el modelo gótico medieval o imaginar una nueva estructura adaptada a los tiempos modernos?
Un período de cinco años -unos dos años para limpiar y retirar los escombros, hacer los diagnósticos, seleccionar las empresas, iniciar los preparativos y unos tres años para reconstruir- significaría sin duda renunciar a la reconstrucción de la magnífica estructura de madera que sostenía el techo, conocida como «el bosque».
«El arquitecto jefe de los monumentos históricos tendrá que decidir si debemos reconstruir la versión descrita por Victor Hugo, la que conocemos por la interpretación neogótica de Viollet-le-Duc, o si debemos imaginar una catedral del siglo XXI», apunta Dessus.
En cuanto a la aguja que coronaba la catedral, el gobierno anunció el miércoles un concurso internacional de arquitectura para decidir si y cómo será remplazada la estructura de 93 metros, que fue construida en el siglo XIX por el arquitecto francés Eugène Viollet-le-Duc, luego de que la original, construida en 1250, pero muy debilitada, fuera retirada a finales del siglo XVIII.
Catedral efímera
Mientras duran los trabajos de reconstrucción, una catedral efímera de madera será erigida frente a la catedral parisina, según anunció el jueves el rector de Notre Dame, Patrick Chauvet.
«Quiero un lugar lindo (…) un lugar un poco simbólico, que atraiga», explicó en una entrevista con el canal CNews. En el lugar, abierto al público, según explicó, habrá sacerdotes «para poder hablar» y acogerá también a los «curiosos» y turistas que visitan cada año Notre Dame.
Esta catedral, el monumento histórico más visitado de Europa -recibió 12 millones de turistas de todo el mundo el año pasado- se salvó «por treinta minutos» gracias a la labor heroica de los bomberos de París.
El jueves, el presidente Emmanuel Macron, recibió a 300 uniformados en el Palacio del Elíseo, a quienes les concederá la medalla de honor de Francia en reconocimiento a su «valor y devoción».
«El país y el mundo entero nos estaban observando y ustedes fueron ejemplares», dijo Macron. «Ustedes son el ejemplo perfecto de lo que deberíamos ser», agregó.
Investigaciones judiciales
Mientras tanto, las autoridades judiciales continuaban las pesquisas para determinar las causas del siniestro del lunes por la noche, que horrorizó al mundo.
Investigadores especializados pudieron acceder el miércoles por primera vez a la parte superior de la catedral para comenzar sus pesquisas, anunció la fiscalía de París, que sigue privilegiando «la pista de un accidente».
Unas cuarenta personas, principalmente obreros que trabajaban en obras de renovación en el templo, han sido interrogados desde el lunes por la noche. Nuevos testigos van a ser escuchados el jueves.
Las autoridades no descartan por el momento «ninguna hipótesis»: un corto circuito, un «punto caliente» provocado por una soldadura, un cigarrillo, u otro, indicó a la AFP una fuente cercana a la investigación.