Kim Jong Nam se reunió con sus contactos de la CIA en el sudeste asiático antes de ser envenenado con un agente nervioso en 2017 en Malasia, dijo la periodista Anna Fifield en su libro The Great Successor (El gran sucesor).
«Kim Jong Nam se convirtió en un informante de la CIA, una agencia con un historial de intentos de derribar dictadores que no eran de su gusto», escribió.
De acuerdo con Fifield, Kim Jong Nam puede haberse reunido con agentes de la agencia de espionaje de Estados Unidos justo antes de ser asesinado, supuestamente por orden de Kim Jong Un, quien lo consideraba como un rival.
«Su hermano habría estimado que hablar con espías estadounidenses fue un acto de traición», señaló Fifield, quien fue durante años corresponsal en Corea del Norte del diario The Washington Post.
Antes de su muerte en el aeropuerto de Kuala Lumpur, escribió la periodista, «las imágenes de la cámara de seguridad lo mostraron en el ascensor de un hotel con un hombre de aspecto asiático que, según informes, era un agente de inteligencia estadounidense».
«La mochila de Kim Jong Nam contenía 120.000 dólares en efectivo», que podrían haber sido un pago por espionaje, o dinero de su negocio de apuestas.
El diario The Wall Street Journal informó a su vez el martes que una fuente no identificada con conocimiento del tema señaló que «hubo un nexo» entre Kim y la CIA.
Citando a exfuncionarios de Estados Unidos, el WSJ manifestó que Kim «estaba casi seguramente en contacto con los servicios de seguridad de otros países, particularmente de China».
Al estilo de la guerra fría
No hubo comentarios oficiales de Pyongyang sobre la acusación.
Pero en Washington, el presidente Donald Trump, quien buscó negociar la desnuclearización de Corea del Norte con Kim Jong Un, sugirió que no habría permitido que la CIA reclutara a Kim Jong Nam.
«No sé sobre eso. Nadie lo sabe», afirmó. «Pero eso no hubiera sucedido bajo mis auspicios».
Trump dijo también a los periodistas el martes que acababa de recibir una «preciosa carta» del líder norcoreano. «Tenemos una muy buena relación», señaló.
Kim Jong Nam murió después de haber sido rociado en la cara con el agente nervioso VX en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur el 13 de febrero de 2017, un asesinato al estilo de la Guerra Fría que conmocionó al mundo.
Dos mujeres jóvenes, una vietnamita y una indonesia, fueron arrestadas y acusadas del crimen.
Amabas insistieron en que fueron engañadas por agentes norcoreanos para llevar a cabo el golpe y pensaron que se trataba de una broma para un reality show.
Los fiscales de Malasia finalmente retiraron los cargos de asesinato contra ellas a principios de este año, y fueron liberadas.
Visto por un tiempo como el sucesor natural de su padre, el entonces líder Kim Jong Il, Kim Jong Nam aparentemente cayó en desgracia después de ser deportado de Japón en 2001 por intentar ingresar con pasaporte falso para visitar Disneylandia.
Desde entonces vivió fuera de Corea del Norte, principalmente en el enclave de Macao, al sur de China.
Fifield dijo que administraba sitios web de juegos de azar y «vivía en la sombra entre jugadores, mafiosos y espías», al tiempo que mantenía algunos vínculos con el régimen norcoreano.
Sin embargo, apuntó, barajaba la posibilidad de que Kim Jong Un intentara asesinarlo para eliminar a un potencial rival familiar al «trono» de Pyongyang.
«Varios exfuncionarios de Estados Unidos dijeron que era poco probable que el hermanastro, que había vivido fuera de Corea del Norte durante muchos años y no tenía una base de poder conocida en Pyongyang, pudiera proporcionar detalles sobre el funcionamiento interno del país», destacó el WSJ.
Ello, según el informe del diario, habría limitado su valor como fuente de inteligencia.