«El odio no tiene cabida en nuestro país», afirmó Trump a los periodistas antes de embarcar en el avión presidencial rumbo a Washington tras pasar el fin de semana en su club de golf de Bedminster, Nueva Jersey.
En unas breves declaraciones acompañado de su esposa, Melania, el mandatario indicó que los tiroteos eran parte «de un problema de salud mental».
Evitó, sin embargo, responder a las preguntas acerca del supuesto manifiesto antiinmigrante publicado por el sospechoso de la masacre de El Paso, Texas.
Las autoridades federales ya han anunciado que tratarán el tiroteo en Texas como un acto de «terrorismo doméstico» mientras que aún están investigando la motivación del ocurrido en Ohio.
En ambos casos, los sospechosos son hombre jóvenes de raza blanca.
Patrick Crusius, de 21 años, se encuentra detenido en la cárcel del condado de El Paso; mientras que Connor Betts fue abatido durante el tiroteo en Dayton, Ohio, por las fuerzas de seguridad.
Trump señaló que había hablado con los gobernadores de Texas y Ohio, así como con el fiscal general William Barr y miembros del Congreso para ver qué medidas se podrían aplicar para frenar la violencia con armas de fuego en EEUU.
Anunció, además, que este lunes ofrecerá una declaración oficial sobre los tiroteos desde la Casa Blanca.
Estados Unidos ha vivido un trágico fin de semana con dos tiroteos masivos en menos de 24 horas, primero en El Paso, Texas, donde murieron 20 personas; y luego en Dayton, Ohio, donde fallecieron 9 nueve más, y dejaron decenas de heridos.