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Venezuela es tema en debates para la Casa Blanca

En noviembre del próximo año puede haber un nuevo ocupante de la Casa Blanca, mientras tanto los partidos Demócrata y Republicano se alistan en lo que es el inicio de la campaña presidencial de Estados Unidos

Debates
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La campaña presidencial estadounidense y sus debates son una suerte de eliminatorias políticas o juegos del hambre, una lucha sin cuartel en la que el ansiado trofeo es la nominación que permita optar a la Casa Blanca.

Los debates televisivos son un paquete promocional que permite a los candidatos enamorar al electorado o mostrarse como una opción viable. Una buena presentación de ideas o una respuesta contundente, en especial a uno de los principales aspirantes, puede hacer que un candidato surja. Por el contrario, una mala noche puede significar el fin de la carrera a la Casa Blanca.

A continuación unas claves para comprender lo que se juegan los aspirantes a las nominaciones de los dos principales partidos de Estados Unidos.

El partido Demócrata arrancó la campaña presidencial con una oferta bastante amplia. Fueron 24 los candidatos que partieron, pero ya 6 han salido de carrera. De los 18 restantes solo 10 cumplen con los criterios para seguir mostrando sus ideas al público en los debates televisados. De ellos solo 1 llegará a la nominación.

Tercer debate

El tercer debate televisado fue en la Texas Southern University de Houston el 12 de septiembre y contó con 10 candidatos que hablaron, entre otros asuntos, de la economía, la política interna y exterior y el cambio climático.

Los otros 8 aspirantes que siguen en liza por la nominación del partido Demócrata no completaron los requisitos. No obtuvieron el 2% necesario en 4 encuestas -bien sean nacionales o de uno de los primeros estados en tener primarias como lo son Iowa, New Hampshire, Nevada o Carolina del Sur-, ni contaron con los 130.000 donantes para sus campañas, lo que les permitiría mostrar su programa electoral.

¿Quién es quién?

En el partido Demócrata la pelea es hasta ahora entre tres aspirantes. El senador y exvicepresidente de Barack Obama, Joseph “Joe” Biden, quien tiene entre 29% y 22% de la intención de voto, Elizabeth Warren con entre 20% y 17% y el conocido retador y némesis de Hillary Clinton en las últimas primarias demócratas, Bernie Sanders con entre 14% y 11% según los principales sondeos.

representa el establishment, el centro del partido y es hasta ahora líder de las encuestas, mientras que Warren es de la línea de la izquierda “progresista” y ha sido la revelación de los aspirantes. Sanders es un independiente que se ampara en el paraguas de los demócratas y aboga por el socialismo, salud y educación gratis a nivel federal, algo que nunca ha sido aplicado en la nación norteamericana y de lo que tienen muchas reservas en especial por el impacto económico para los contribuyentes.

Los candidatos que están en el tercer debate ya clasificaron automáticamente al cuarto que será en octubre. Para el quinto, que se realizará en noviembre intentarán clasificar Corey Booker, Pete Buttigieg, Julián Castro, Kamala Harris, Amy Klobuchar, Beto O’Rourke y Andrew Yang. Todos a excepción de Harris tienen menos de 5% de la intención de voto.

Y los republicanos

Del otro lado de la acera, en el partido Republicano la situación está lejos de estar definida. Usualmente los presidentes en ejercicio que van a la reelección son aclamados por el partido. Pero en este contexto, y con un país tan dividido como el Estados Unidos de Donald Trump, ya hay algunos contendores que pretenden obtener la nominación republicana.

Generalmente cuando se reta a un presidente en ejercicio y se logra un buen caudal de votos, incluso el apoyo de varios estados, es señal de debilidad y son derrotados en los comicios presidenciales, tales son los casos de Gerald Ford en 1976 que fue derrotado por Jimmy Carter el mismo año que Ronald Reagan se presentó a primarias. O el mismo Carter, al que le compitió Ted Kennedy y terminó derrotado por Reagan en 1980.

En el actual proceso, Joe Walsh, exdiputado y Bill Weld, gobernador de Massachussets, mostraron formalmente sus aspiraciones presidenciales pues consideran que el magnate no representa los verdaderos valores del partido al que perteneció Ronald Reagan ni a lo que representa su país.

De igual forma, el diputado Mark Sanford ya se incluyó en el grupo de republicanos que adversan a Trump.

El exgobernador de Ohio John Kasich, quien ya retó a Trump en el proceso de 2016, podría unirse a la lista de republicanos que desafían al inquilino de la Casa Blanca.

Sin embargo, es probable que si algún peso pesado del partido o figura pública reta el mandatario lo haga ya en 2020 año de los comicios, para no desgastarse y dejar que Trump caiga más en los sondeos de popularidad. Es improbable que le puedan arrebatar la nominación, pero la impredictibilidad de Trump abre el espacio a la duda.

Venezuela es foco de atención

Durante el debate demócrata del jueves la situación de Venezuela se convirtió tema.

Jorge Ramos periodista de Univision y moderador del debate le preguntó a Sanders porque no llamó dictador a Nicolás Maduro, con quien el comunicador ya tuvo una notoria discusión y es catalogado por la misma Casa Blanca como un dictador y violador de derechos humanos.

Sanders, cuestionado por el apoyo brindado en el pasado al régimen chavista, replicó: “Cualquiera que haga lo que hace Maduro es un tirano atroz y se debe cooperar para tener elecciones libres en Venezuela”.

Elizabeth Warren mantuvo su linea progresista y afirmó que no se debe  intervenir en Venezuela ni de emplear la opción militar.

Otros precandidatos que tuvieron palabras sobre Venezuela fueron el favorito a la nominación demócrata Joe Biden -quien abogó por un estatus de protección temporal para los venezolanos-. Mientras que Julián Castro agregó que el gobierno debe ser más contundente con Maduro y no fallarle con mera retórica. Beto O’ Rourke también se sumó al tema y llamó dictador a Maduro.

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