En algunos puntos de Puerto Príncipe se registraron tiroteos y lanzamiento de piedras, mientras que algunas carreteras y avenidas fueron cortadas con barricadas y con neumáticos ardiendo.
La mayoría de empresas e instituciones públicas no operaron este lunes y el transporte público estaba totalmente paralizado en la capital haitiana.
Las protestas se producen en el primer día de una huelga general de tres días, convocada de forma oficiosa por grupos opositores en protesta por la falta de combustible, que persiste a pesar de que el Gobierno ha anunciado la llegada de varios cargamentos de derivados de petróleo.
El domingo el Gobierno afirmó que es «sensible» a los problemas causados por la escasez de combustible, a través de una carta firmada por el ex primer ministro Jean Michel Lapin.
En la carta, Lapin pidió a la población que mantenga la calma y no ceda a «manipulaciones políticas cuyo único objetivo es obstaculizar la libre circulación de todos».
«Se han tomado medidas expresas en conjunto con los importadores que han confirmado para este lunes 16 de septiembre la llegada de una cantidad importante de gasolina, mientras que se esperan nuevos embarques durante esta semana», señala esta nota oficial.
A pesar de estas medidas, muchas gasolineras están cerradas desde el mes pasado y en las que todavía hay combustible se registran largas colas de automóviles y de motos.
Algunos conductores incluso pasan la noche en fila para aguardar a la apertura de las gasolineras, donde el carburante se ha duplicado de precio.
«Un amigo ha ido a la estación de combustible a las tres de la mañana y me ha vendido un galón por 600 gourdes (unos 6,3 dólares)», dijo a Efe un conductor de mototaxi, Stebenson Domany.
La semana pasada, la Asociación Nacional de Distribuidores de Petróleo (ANADIPP) dio algunas explicaciones sobre la situación de los surtidores de gasolina del país.
Según la ANADIPP, la escasez se debe a que las petroleras no han cumplido plenamente los pedidos de petróleo que ya han sido pagados a las compañías.
La crisis de abastecimiento es, en parte, consecuencia del fin del suministro del suministro del petróleo que ofrecía Venezuela en el marco del programa Petrocaribe a precios subsidiados, lo que ha obligado al Gobierno a acudir al mercado para comprar combustible.