Irán lanzó en la madrugada del miércoles un ataque con decenas de misiles contra las bases Ain al Asad y Erbil en Irak situadas al oeste de Irak y utilizada por tropas estadounidenses, informó el Pentágono en un comunicado.
El Pentágono confirmó que más de 12 misiles balísticos impactaron en las últimas horas en las bases.
Un portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, afirmó en un comunicado que todavía no está claro si hay víctimas. El ataque es previsiblemente en represalia por eliminar al general iraní Qasem Soleimaní.
«Está claro que estos misiles fueron lanzados desde Irán y dirigidos contra al menos dos bases militares iraquíes», agregó y precisó que evalúan los daños.
Según el Pentágono, en esas bases permanecen tropas estadounidenses y de la coalición.
Por lo menos nueve cohetes impactaron en la base aérea de Ain al Asad, situada en el desértico oeste de Irak. Este es el mayor de los complejos militares iraquíes donde se ubican las tropas extranjeras.
El ataque se produjo en tres oleadas justo después de la medianoche, dijeron las fuentes.
Irán asumió la responsabilidad por el ataque cuando la televisión estatal informó sobre el lanzamiento de los misiles.
Irán confirmó el ataque con decenas de misiles y amenazó con más respuestas devastadoras si hay reacción estadounidense.
Instalaciones militares utilizadas por tropas estadounidenses en Irak experimentaron unos 15 ataques con cohetes en meses recientes, pero nadie había asumido la responsabilidad por ellos.
Siguiendo la situación
Irán a través de sus fuerzas élite los Guardianes de la Revolución amenazaron con atacar a Israel y a aliados de Estados Unidos en la zona.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está al tanto del ataque y se mantiene en contacto con su equipo de seguridad nacional.
«Estamos al tanto de los informes de ataques contra las instalaciones estadounidenses en Irak», señaló la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, en su cuenta de Twitter.
En diciembre de 2018, Trump visitó junto a su esposa, Melania, la base aérea Al Asad, situada al oeste de Bagdad.
Horas antes de conocerse del ataque, el gobernante estadounidense descartó que se saquen próximamente a las tropas de Irak y retiró su amenaza de atacar objetivos culturales iraníes. El gobernante se comprometió a obedecer las leyes internacionales.
«En algún momento queremos salir (de Irak), pero este no es el momento adecuado», subrayó Trump. Añadió que esa retirada sería lo peor que le puede pasar a Irak porque ampliaría la presencia de Irán en el país.
Estados Unidos tiene entre 5.000 y 6.000 militares en Irak, según distintos cálculos. El asesinato del general iraní, Qasem Soleimaní, el 3 de enero, en una operación del país en Bagdad aumentó la presión para retirar tropas norteamericanas del país árabe.
En ese mismo ataque estadounidense murió también el general iraquí Abu Mahdi al-Muhandis, alto dirigente de la milicia proiraní Hashed al Shaabi.