Los principales generales de Estados Unidos condenaron el martes el ataque al Capitolio del 6 de enero por partidarios del presidente Donald Trump, y dijeron a las tropas estadounidenses que fue un «asalto directo» al proceso constitucional.
«La revuelta violenta (…) fue un asalto directo al Congreso de Estados Unidos, al edificio del Capitolio y a nuestro proceso constitucional», según un memorando firmado por los ocho miembros del Estado Mayor Conjunto, encabezados por su jefe, el general Mark Milley.
«Los derechos a la libertad de expresión y reunión no le dan a nadie el derecho a recurrir a la violencia, la sedición y la insurrección», dijeron.
La carta recalcó que los integrantes de las Fuerzas Armadas están obligados a defender la Constitución.
«Cualquier acto que interrumpa el proceso constitucional no solo va en contra de nuestras tradiciones, valores y juramentos; es contra la ley», aseveraron.
El mensaje de los generales tiene lugar cuando existe inquietud de que los extremistas que apoyan a Trump, y que tomaron el Congreso para detener la certificación de la victoria electoral de Joe Biden, tienen partidarios entre los militares y la policía.
Trump y sus seguidores se han negado a aceptar que Biden ganó de manera justa las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
El Pentágono desplegará hasta 15.000 efectivos de la Guardia Nacional durante los actos de investidura de Biden el 20 de enero, en medio de temores de nuevas manifestaciones de violencia.
A funcionarios del Pentágono se les preguntó el lunes sobre la posibilidad de que haya activistas pro-Trump en la Guardia Nacional y entre las tropas regulares.
«No toleramos a los extremistas en nuestras filas», dijo el portavoz Jonathan Hoffman.
En su memorando, el Estado Mayor Conjunto subrayó que «de acuerdo con la Constitución», Biden tomará posesión el 20 de enero «y se convertirá en nuestro 46º comandante en jefe».