Durante la mañana de este martes las fuerzas policiales sacaron al rapero catalán Pablo Hásel de la Universidad de Lleida donde se encontraba "atrincherado" : el cantante fue sentenciado por los delitos de enaltecimiento al terrorismo e injurias contra la corona española
Nueve meses deberá pasar el rapero Pablo Hásel, detenido durante la mañana de este martes en Lleida -la segunda ciudad catalana más grande- bajo acusaciones por «enaltecimiento al terrorismo» e «injurias» a la corona española. Y aunque quizás ni siquiera deba cumplir ese periodo completamente en una celda, su caso se perfila ya como muestra preocupante de una legislación que permite amenazas serias a la libertad de expresión.
¿Qué hizo el rapero? La «sustancia» de sus «delitos» se encuentra en una serie de tuits y en parte de la letra de un tema. Son 64 mensajes enviados a través de su cuenta entre los años 2014 y 2016 en los que dijo cosas como «El mafioso del Borbón de fiesta con la monarquía saudí, entre quienes financian el ISIS queda todo», «Ada Colau no le llamará criminal al Rey por vender armas a Arabia Saudí o vivir a todo lujo a costa de la miseria, criminaliza la huelga» y «¿50 policías heridos? Estos mercenarios de mierda se muerden la lengua pegando hostias y dicen que están heridos».
La canción que le ha valido esta condena es de 2016 y en ella llama al rey «Juan Carlos el Bobón», acusa a la familia real de derrochar el dinero de España y cuenta una historia «negra» del «heredero de Franco».
En 2021 lanzó otro tema, aunque ese -al menos todavía- no ha ingresado al expediente formal:
¿Así que todo se trata de dar una lección monárquica? No necesariamente. La acusación de «enaltecimiento al terrorismo» -aunque es una categoría muy amplia y que permite interpretaciones, tal como parece suceder en este caso- apunta en concreto a sus mensajes celebrando o apoyando acciones de grupos -activos o no- considerados formalmente como terroristas no solo en España, como ETA, los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre -Grapo-,Terra Lliure y hasta AlQaeda.
Pablo Rivadulla Duró es su nombre real. Nació en Lleida, en 1988. Y esta no es la primera vez que se mete en problemas por lo que dice o rapea. De hecho, que lo hayan ido a buscar las fuerzas policiales este martes es en realidad la consecuencia de anteriores encuentros con la ley. Una condena en su contra de 2014 fue dejada en suspenso. En 2018 fue juzgado nuevamente por el mismo delito de enaltecimiento al terrorismo y se le añadieron cargos por injuriar a la monarquía española y a las fuerzas policiales y terminó condenado a dos años de prisión, que -finalmente- fueron rebajados en otra instancia a 9 meses (más seis años de inhabilitación y al pago de casi 30 mil euros de multa). Esta condena fue ratificada por el Tribunal Supremo.
A Hásel se le concedió un plazo para ingresar voluntariamente a prisión a cumplir su condena. El tiempo se agotó este viernes 12 de febrero y el lunes 15 el rapero decidió «atrincherarse» en la Universidad de Lleida junto a un grupo de personas que le apoyan. En ese momento advirtió que tendrían que ir hasta allá a «secuestrarlo».
Los Mossos d’Esquadra lo sacaron de allí la mañana de este martes sin mayor contrariedad y sin que opusiera más resistencia. Por supuesto, tras el arresto y de modo que quedara registrado, antes de ser conducido a la cárcel gritó: «Muerte al Estado fascista».
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