El papa Francisco ya está en Irak
Aterrizó en Bagdad y fue recibido por el primer ministro. La visita durará tres días e incluye recorrido por varias zonas del país musulmán, incluyendo sobrevuelos por áreas tomadas por el Estado Islámico
Aterrizó en Bagdad y fue recibido por el primer ministro. La visita durará tres días e incluye recorrido por varias zonas del país musulmán, incluyendo sobrevuelos por áreas tomadas por el Estado Islámico
El papa Francisco inicia este viernes su visita a Irak. Se trata de un evento calificado de histórico, porque nunca ningún papa había estado en esa nación. Se realiza con altas medidas de seguridad y en plena pandemia.
Aterrizó en Bagdad y fue recibido por el primer ministro iraquí, Mustafá Al Kadhemi.
«Este viaje emblemático es también un deber hacia esta tierra mártir desde hace tantos años», dijo el papa argentino.
Irak es un país martirizado donde espera reconfortar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo, destruida por los conflictos y las persecuciones.
Su avión despegó a las 06H45 GMT de Fiumicino, el principal aeropuerto de Roma, y llegó a las 11H00 GMT a Bagdad.
Es primera vez que un papa logra visitar Irak, un país musulmán. Ni Juan Pablo II, que visitó decenas de países en 104 viajes fuera de Italia, logró ir (en este enlace puede ver todos los países que visitó).
El soberano pontífice de 84 años aseguró que realizará esta primera visita de un papa a Irak como «peregrino de la paz». Tenderá también la mano a los musulmanes chiitas en un encuentro con el gran ayatolá Alí Sistani, la máxima autoridad religiosa de esta rama del islam.
La visita durará tres días y se realizará por varias ciudades. En ellas, el papa encontrará poca gente en las carreteras, arregladas para esta ocasión, debido a un confinamiento total decretado en el país. En Irak el número de casos batió esta semana un récord desde el inicio de la pandemia de covid-19. Contabiliza más de 5.000 contagiados diarios.
El jefe de los 1.300 millones de católicos del mundo, que ha dicho sentirse «enjaulado» en los últimos meses por el covid-19, iniciará en vehículo blindado un viaje sin gente. Será «virtual» para los iraquíes que lo seguirán por televisión y principalmente por aire.
El helicóptero o el avión papal sobrevolará a veces zonas donde se esconden yihadistas del grupo Estado Islámico.
En las etapas del viaje, se congregarán solo unos centenares de personas. La excepción será la misa del domingo en el estadio de Erbil, en el Kurdistán. Participarán varios miles de fieles que reservaron su plaza con antelación.
El programa papal es ambicioso. Incluye Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Recorrerá 1.445 km en un país que el miércoles fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.
Para Saad al Rassam, cristiano de Mosul, una ciudad que sigue en reconstrucción después de la guerra contra el EI, este viaje cae en un buen momento, en este país cuya tasa de pobreza afectaba al 40% de la población en 2020. «Esperamos que el papa Francisco explique al gobierno que debe ayudar a su pueblo», dijo a la AFP.
Como siempre lo hace, Francisco empezará el viernes con un discurso ante los dirigentes iraquíes.
Cuando en 2014, el EI conquistó la llanura de Nínive, bastión cristiano del norte, decenas de miles de habitantes huyeron. Pocos confían ahora en las fuerzas del orden que entonces los abandonaron, aseguran.
«Algunos tuvieron unos minutos para decidir si se iban o eran decapitados», recuerda el sacerdote Karam Qacha.
«Tuvieron que dejarlo todo, salvo la fe», resume este sacerdote caldeo en Nínive. Denuncia la escasa ayuda que brinda el gobierno a los cristianos para recuperar sus viviendas o sus tierras, arrebatadas por los milicianos o allegados de políticos.
El cardenal Leonardo Sandri, que dirige la Congregación de las Iglesias Orientales en el Vaticano y acompaña al papa, lamenta que un Oriente Medio sin cristianos, es un «Oriente Medio que tiene harina pero le falta la levadura y la sal».
Es por ello, asegura, que el papa Francisco no dudará en pedirles que permanezcan o regresen a Irak donde quedan 400.000 fieles. Hace 20 años eran 1,5 millones.
Un llamado al regreso «obligatorio» pero «difícil», dice el cardenal Sandri. Irak vive desde hace cuatro décadas en conflicto y crisis.
Según la fundación «Ayuda a la Iglesia en peligro», solo 36.000 de los 102.000 cristianos que se fueron de Nínive han vuelto. Y entre ellos, un tercio dice que prevé irse del país para 2024 por miedo a las milicias y debido al desempleo, la corrupción y la discriminaciones.
El sábado, y por primera vez en la historia, el papa será recibido en la ciudad santa de Nayaf por el gran ayatolá Alí Sistani en persona, un hombre de salud frágil de 90 años que nunca ha aparecido en público.