Internacionales

Frustrado plan iraní para secuestrar a una periodista en Nueva York y esconderla en Venezuela

La potencial víctima es Masih Alinejad, activista por los derechos femeninos y antivelo. Los funcionarios de inteligencia de Irán la espiaron más de un año, y tenían fotografías y videos de ella y de su entorno familiar. La idea era raptarla y sacarla en lancha rápida por el mar

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El departamento de Justicia de Estados Unidos detuvo a cuatro funcionarios de inteligencia iraní y los acusó de planificar el secuestro de la periodista Masih Alinejad, también iraní. Entre las posibilidades que manejaban los secuestradores estaba traerla a Venezuela, donde la esconderían hasta que pudieran llevarla a Irán.

Masih Alinejad se distingue por su activismo a favor de los derechos femeninos en Irán y por su influencia en la opinión pública para que el gobierno cambie las leyes que considera represoras para las mujeres. También es antivelo. Vive asilada en Nueva York y está nacionalizada estadounidense. Los secuestradores pretendían raptarla en su residencia de Brooklyn, en las afueras de Manhattan, llevarla a un vecindario cercano al mar y desde allí trasladarla en barco a Venezuela o a Irán.

Así lo develó el informe que redactó el Departamento de Justicia, que da detalles de las identidades de los iraníes implicados y de la estrategia desarrollada. Los detenidos son Alireza Shavaroghi Farahani, alias Vezerat Salimi y Haj Ali, de 50 años; Mahmoud Khazein, 42 años; Kiya Sadeghi, 35; y Omid Noori, 45.

Aunque no se ha comprobado que los secuestradores harían una escala en Venezuela con la víctima, el solo hecho de haber investigado las rutas para hacerlo, denota la comodidad que siente el gobierno iraní para actuar en Venezuela.

Los acusados

Los cuatro funcionarios iraníes están acusados por un tribunal federal de «conspiración para el secuestro, violaciones de sanciones, fraude bancario y electrónico y lavado de dinero».

Además, está implicada una iraní residente en California, Niloufar Bahadorifar, también conocida como Nellie Bahadorifar, de 46 años. El Departamento de Justicia de EE.UU. la acusa de proporcionar «servicios financieros» para la trama.

«Como parte del complot, la red de inteligencia de Farahani (…) investigó un servicio que ofrece lanchas rápidas de estilo militar para la evacuación marítima autónoma fuera de la ciudad de Nueva York y viajes marítimos desde Nueva York a Venezuela, un país cuyo gobierno de facto tiene relaciones amistosas con Irán», dice el Departamento de Justicia.

También asegura que «Khazein investigó rutas de viaje desde la residencia de la víctima hasta un vecindario frente al mar en Brooklyn, la ubicación de la residencia de la víctima en relación con Venezuela y la ubicación de la residencia de la víctima en relación con Teherán».

Composición de Masih Alinejad, cuando vivía en Irán y después, en Estados Unidos

«Irán a juicio»

El Secretario de Justicia Auxiliar Interino de Estados Unidos, Mark J. Lesko, aseguró que los cuatro detenidos serán llevados a la justicia.

Por su parte, la fiscal federal Audrey Strauss del Distrito Sur de Nueva York, afirmó que los detenidos «monitorearon y planearon el secuestro de la ciudadana estadounidense de origen iraní crítica con la autocracia del régimen, para llevarla a la fuerza a Irán, donde el destino de la víctima habría sido incierto en el mejor de los casos».

Los dos funcionarios estadounidenses resaltaron la importancia que tiene, en ese país, que cualquier ciudadano pueda expresar lo que piensa sin temor a represalias de nadie. «Gracias a la exposición del FBI (organismo que llevó a cabo la investigación) de su supuesto plan, estos acusados ​​no han logrado silenciar las críticas mediante el secuestro forzoso», agregó la fiscal.

Según Alan E. Kohler Jr., subdirector de la División de Contrainteligencia del FBI, los implicados actuaron por petición del gobierno de Irán.

«Usaremos todas las herramientas a nuestra disposición para investigar agresivamente las actividades extranjeras de los operativos que conspiran para secuestrar a una ciudadana estadounidense solo porque el gobierno de Irán no aprobó las críticas de la víctima al régimen», complementó.

Más de un año de complot

El informe del Departamento de Justicia explica quiénes son los implicados que, desde hace más de un año, ejecutaban el complot.

El líder, Farahani, es un funcionario de inteligencia iraní que reside en Irán. Los otros tres, Khazein, Sadeghi y Noori, son activos de inteligencia iraníes que también residen en Irán y trabajan bajo las órdenes de Farahani.

«Desde al menos junio de 2020, Farahani y su red de inteligencia conspiraron (…). Antes del complot de secuestro, el gobierno de Irán intentó atraer a la víctima a un tercer país para capturarla y entregarla a Irán», expresa.

Según sus investigaciones, en 2018, funcionarios del gobierno iraní intentaron inducir a los familiares de Masih Alinejad que aún viven en Irán que la invitaran a verse en otro país. Ellos no aceptaron.

«Un dispositivo electrónico utilizado por Farahani contiene, entre otras cosas, una foto de la víctima, junto con fotos de otras dos personas. Estas dos fueron atraídas desde terceros países y capturadas por la inteligencia iraní. A una la ejecutaron y la otra está encarcelada».

Como le falló la trampa, en 2021, la red de Farahani contrató a vigilantes privados para fotografiar y grabar en video a quienes viven con Masih. Lograron muchas fotos y videos. Según el FBI todo se financió con «lavado de dinero desde Irán». Dice que el principal contacto con los investigadores privados fue Sadeghi. Noori pagó.

Aseguran que «la red que dirige Farahani ha tenido víctimas en otros países como Canadá, el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos, a las que ha procurado una vigilancia similar».

Ayuda desde California

La quinta persona implicada, Nellie Bahadorifar «brindó servicios financieros y de otro tipo desde los Estados Unidos a residentes y entidades iraníes, incluido Khazein, desde aproximadamente 2015».

Según la investigación del FBI revelada por el Departamento de Justicia, «Bahadorifar facilitó el acceso al sistema financiero y las instituciones de EE.UU. mediante el uso de cuentas de tarjetas y se ofreció a administrar intereses comerciales en Estados Unidos en nombre de Khazein».

Entre otras cosas, apuntan que Bahadorifar hizo un pago a un investigador privado por la vigilancia de la víctima en nombre de Khazein.

«Si bien Bahadorifar no está acusada de participar en la conspiración de secuestro, se alega que prestó servicios financieros que respaldaron el complot y está acusada de conspirar para violar las sanciones contra Irán, cometer fraude bancario y electrónico y lavar dinero», establece el informe.

Las sanciones

Según las acusaciones,  los cuatro funcionarios de inteligencia iraní podrían enfrentar condenas desde un mínimo de 10 años y hasta de cadena perpetua.

«Farahani, Khazein, Sadeghi y Noori están acusados ​​de conspirar para secuestrar, que conlleva una sentencia máxima de cadena perpetua; conspirar para violar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional y las sanciones contra el gobierno de Irán, que conlleva una sentencia máxima de 20 años de prisión; conspirar para cometer fraude bancario y electrónico, que conlleva una sentencia máxima de 30 años de prisión; y conspiración para lavar dinero, que conlleva una sentencia máxima de 20 años de prisión».

En el caso de Bahadorifar, tiene los mismos cargos excepto el de secuestro, más el de «estructuración», que conlleva una sentencia máxima de 10 años de prisión.

Las sentencias las determinará un juez federal después de estudiar el caso. La investigación la están desarrollando la Oficina de Campo de Nueva York del FBI, la División de Contrainteligencia-Cibernética y el Grupo de Trabajo sobre Amenazas de Irán.

El abogado litigante Nathan Swinton de la Sección de Contrainteligencia y Control de Exportaciones del Departamento de Justicia y los fiscales federales adjuntos Michael D. Lockard, Jacob H. Gutwillig y Matthew JC Hellman del Distrito Sur de Nueva York son los encargados.

Por su parte, los cinco ciudadanos iraníes deberán presentar a sus defensores para probar su inocencia. Mientras no se prueben los cargos, no pueden ser considerados culpables.

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