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El presidente de Afganistán huye aterrado por el avance de los talibanes

El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, aseguró que "el expresidente" Ashraf Ghani abandonó el país. Le culpó de la situación que vive en estos momentos Afganistán

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Afganistán

Los capitanes se hunden con su barco, pero no en Afganistán. El presidente Ashraf Ghani abandonó este domingo su país, ante el avance de los talibanes que, finalmente, entraron a Kabul. La agencia Efe fue testigo de la presencia de insurgentes en las calles de la ciudad.

«Para evitar actos de saqueo en Kabul y que los oportunistas no hagan daño a la gente, el Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) ordenó a sus fuerzas entrar en las áreas de Kabul de donde salió el enemigo», aseguraron en un comunicado.

La huída del «expresidente» le facilita la victoria al grupo rebelde, tras 20 años de guerra. En ese período fueron las fuerzas estadounidenses las que los mantuvieron a raya. Ni siquiera se han terminado de retirar las tropas de EEUU y el gobierno de Afganistán demostró ser incapaz de mantener el control.

Los talibanes en Kabul. Foto EFE

En un mensaje de vídeo, el presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, aseguró que «el expresidente» Ghani abandonó el país. Le culpó de la situación que vive en estos momentos Afganistán.

«Mi esperanza es que Dios y el pueblo de Afganistán decidan sobre el expresidente, que abandonó el país y puso a la nación en esta situación», dijo Abdullah, que en el pasado llegó a compartir poder con Ghani.

Abdullah pidió a los ciudadanos «paciencia para pasar estos días difíciles» en los que espera, dijo, los afganos puedan encontrar una forma de vida pacífica.

Kabul bajo control talibán

Los talibanes, que habían asegurado que no entrarían en Kabul hasta una transición de poder pacifica, insistieron en que la población «no debe temer a los muyahidines».

Afirmaron que sus combatientes entrarán en la ciudad «con calma, no se meterán con nadie. Los militares y los empleados civiles del Gobierno deben confiar en que nadie les hará daño».

«No le está permitido a ningún combatiente entrar en casa alguna o torturar o molestar a nadie», sentenciaron.

Tras la orden, combatientes talibanes comenzaron a patrullar las calles de Kabul. Registraron a quienes encontraban y las dejaban seguir, según pudo ser testigo Efe.

Los talibanes se habían apostado esta mañana al norte, oeste, y sur de los límites de Kabul, marcando el asedio en casi todo el perímetro de la ciudad y con casi todas las provincias vecinas bajo su control, a la espera de una transición de poder pacífica.

Foto EFE

El acecho de los talibanes había aumentado la presión para tratar de encontrar una salida de urgencia de parte de la población ante la probable caída de la ciudad. Es un temor que se cierne sobre funcionarios públicos, académicos, periodistas y, sobre todo, entre aquellos que han trabajado con alguno de los países que enviaron tropas a Afganistán para combatir a los insurgentes.

4.000 soldados estadounidenses

El Pentágono decidió enviar a 4.000 militares a la capital afgana. Se dedicarán a evacuar a la mayor parte del personal de la embajada de EEUU y de ciudadanos afganos.

Esa evacuación comenzó ya, con el continuo vuelo de helicópteros que llegan y luego abandonan la embajada estadounidense en Kabul.

Otros países como Canadá, Alemania, Reino Unido o España también han anunciado la próxima evacuación de parte del personal de sus embajadas y de otros ciudadanos afganos con sus familias que trabajaron codo con codo con ellos durante estas dos décadas, aunque la entrada de los talibanes en Kabul puede complicar los planes.

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