Las elecciones en Nicaragua son una "burla", una "farsa" y son "ilegítimas"
La comunidad internacional comienza a reaccionar sobre las forzadas elecciones en Nicaragua que proclamaron, sin ninguna sorpresa y con solo la mitad de los votos escrutados, a Daniel Ortega como presidente por cuarta vez
La comunidad internacional calificó a las elecciones en Nicaragua como de burla, de farsa y de ilegítimas.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, las catalogó como una farsa, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, de burla y el jefe de Diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, de ilegítimas.
«Han sido una burla,» denunció este lunes el ministro español, poco después de que el Consejo Supremo Electoral en Managua proclamara (sin ninguna sorpresa) la reelección de Daniel Ortega para un cuarto mandato presidencial consecutivo.
«Ha sido una burla. Una burla al pueblo de Nicaragua. Una burla a la comunidad internacional. Y, sobre todo, una burla a la democracia», declaró el ministro en Madrid.
Con esto, España se suma a la posición de Estados Unidos de considerar como una farsa las elecciones en Nicaragua.
Por su parte, Borrell afirmó que «se llevaron a cabo sin garantías democráticas y sus resultados carecen de legitimidad». Complementó con que los comicios «completan la conversión de Nicaragua en un régimen autocrático.
Gobierna con su esposa
Ayer domingo 7 de noviembre, Daniel Ortega se «impuso» en unas elecciones con los mayores contrincantes anulados y una «oposición» que en realidad colabora con el gobierno, una fórmula muy usada también por el chavismo en Venezuela. Además, los resultados se conocieron cuando apenas se habían contado la mitad de los votos.
Finalmente, horas más tarde, se declaró oficialmente que Ortega había ganado con 75% de los votos.
Una vez escrutados los votos de la mitad de las mesas electorales, la presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), Brenda Rocha, precisó que en segundo lugar, muy alejado se sitúa el candidato liberal -señalado como colaborador del gobierno- Walter Espinoza, con 14,4% de los sufragios.
Tras llegar al poder por las urnas en 2007, Ortega, quien el jueves cumplirá 76 años, asumirá otros cinco años como presidente. Representa al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda). Su vicepresidenta será, por segunda vez, su poderosa esposa Rosario Murillo (70).
El exguerrillero sandinista, quien también gobernó el país en los años 1980 luego de que el FSLN derrocara en 1979 al dictador Anastasio Somoza, enfrentó a Espinoza y a otros cuatro candidatos derechistas, desconocidos y tachados de colaboradores del gobierno.
Con 14 años en el poder, Ortega es acusado por sus críticos y opositores de «nepotismo» y de instaurar una dictadura. Imitando la manida fórmula del chavismo, el exguerrillero asegura que su gobierno es del «pueblo» y defiende la soberanía de su país de los «ataques» de Estados Unidos.
Un total de 4,4 millones de electores estaban llamados a votar. El CSE estimó en 65% la participación, aunque el observatorio independiente Urnas Abiertas aseguró que la abstención habría alcanzado un 81,5%, según una verificación propia, no autorizada.
Sin contrapesos y sin rivales, el gobierno autoritario de Daniel Ortega y Rosario Murillo terminará de enterrar al sistema democrático de ese país con unas elecciones que ya ganaron a la fuerza
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