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Guillermo y Catalina, el futuro "cool" de la monarquía británica

Serán nombrados príncipe y princesa de Gales y para los analistas, Guillermo y Catalina representan la promesa de aires de frescura y juventud

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Guillermo
AFP

La popular pareja formada por el príncipe Guillermo, ahora número uno en la sucesión al trono, y su esposa Catalina, encierra, junto a sus tres hijos Jorge, Carlota y Luis, las esperanzas de una monarquía moderna y cercana al pueblo británico.

Su cuenta de Instagram cuenta habitualmente la vida de esta pareja con sus hijos de 9, 7 y 4 años respectivamente. Con sus divertidas muecas, el benjamín Luis atrajo todas las miradas durante las festividades del Jubileo en junio.

Hasta ahora duques de Cambridge, Guillermo y Catalina serán ahora nombrados príncipe y princesa de Gales, anunció el viernes el rey Carlos III, además de heredar su ducado de Cornualles.

A lo largo de los años, se han ganado el corazón de los británicos con su imagen de familia feliz, modélica y cercana al pueblo, muy alejados de la difícil infancia de Guillermo, cuando sus padres Carlos y Diana se peleaban a la vista de todos.

El «enorme interés» que despiertan es «obviamente» porque encarnan el futuro de la monarquía, considera el experto en realeza Richard Fitzwilliams, pero también por «su propia manera» de «afrontar las cosas».

«Dominan el arte de controlar tanto lo formal como lo informal» en la esfera pública, subraya.

La pareja suele ser fotografiada cogida del brazo en actos y eventos oficiales, como el estreno de la última película de la saga James Bond.

Además, «Catalina es un icono de moda desde hace mucho tiempo», añade Fitzwilliams. Esto, estima, «ha sido muy beneficioso para la moda británica»… pero también para la imagen de la pareja. 

Dominio mediático

Esta imagen glamurosa tiene su contrapeso en una faceta más relajada y cercana al pueblo, sobre todo a través de los numerosos compromisos de la pareja con causas que les son muy queridas: la salud mental para Guillermo, la infancia para Catalina.

La pareja deja entrever con regularidad su vida doméstica, como las tareas escolares de sus hijos durante el confinamiento, o sus actividades deportivas. 

Guillermo
El príncipe George de Cambridge, Catherine, duquesa de Cambridge; príncipe Louis de Cambridge, príncipe William, duque de Cambridge, y la princesa Charlotte de Cambridge (Jonathan Brady / POOL / AFP)

En junio de 2021, el príncipe Jorge fue fotografiado con sus padres en los partidos de Inglaterra en el mundial de fútbol, provocando algunas bromas por ir vestido con traje y corbata a pesar de su corta edad.

Su madre alimenta esa imagen de normalidad compartiendo fotos casuales e íntimas de la vida diaria, en las que Jorge aparece en el césped con una camiseta de fútbol. En otras se puede ver a Carlota repartiendo paquetes de comida o al más pequeño pintando con las manos.

Esto permite satisfacer la insaciable necesidad de la prensa de obtener imágenes de la familia, al tiempo que la protege de los paparazzi que persiguieron a Diana hasta su muerte.

«Siempre ha habido un acuerdo con respecto a la cobertura mediática de los niños reales», aunque las relaciones con la prensa pueden haber sido «muy tensas» en ocasiones, dice Fitzwilliams. «Cuando son pequeños, consiguen algo de privacidad a cambio de fotos o vídeos en determinados momentos, como los cumpleaños, la Navidad, su primer día de colegio».

«Han hecho un muy buen trabajo protegiendo esa mezcla de normalidad» y estatus real, considera el experto.

Modernidad necesaria a la continuidad

Según una encuesta reciente de YouGov, Catalina es el miembro más popular de la familia real, después de la reina ahora difunta. Su marido llega a continuación, muy por delante de su padre, el rey Carlos III.

«Creo que Guillermo y Catalina son, en muchos sentidos, el reflejo de la reina [Isabel] y [su difunto esposo] Felipe», confió a la AFP el periodista Robert Jobson.  

Guillermo
(POOL / AFP)

En su opinión, el reinado de Carlos III «será visto como una transición hacia el de su hijo».

Estos nuevos príncipes de Gales «darán a la monarquía, después de monarcas tan ancianos, un sentido de modernidad probablemente necesario para ayudar a su continuidad», estima.

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